Se acabó el sueño de la Copa para las guardesas y agrandó para las canarias, pues en la tarde de ayer las gallegas sufrieron el paso de un vendaval llamado Albaladejo, un muro llamado Asun y un conjunto canario que justificó con creces su presencia hoy en la final contra el Bera Bera guipuzcoano.

Muy nervioso comenzó el encuentro el equipo do Baixo Miño, pérdidas de balón, faltas en ataque y todo ello reflejó un marcador en contra de 2-3 en los primeros cinco minutos. El Rocasa estaba más acertado de cara a puerta y tras un gol de penalti de Davinia dejaba el marcador en un peligroso 3-7 que obligó al cuerpo técnico del Mecalia a pedir tiempo muerto para tranquilizar a sus jugadoras y sustituir a su portera Masha Makarenko por María.

Desde el primer instante, la solidez del conjunto canario se hizo patente en la cancha, con una primera línea compuesta por la capitana Davinia López, Alba Albadalejo y Adriana González que no daban opciones al rival, aprendiendo de la derrota de apenas un par de semanas atrás frente a las gallegas.

El segundo capítulo no cambió el desenlace, el Guardés lo probó todo -cambiaba de guardameta y varió su retaguardia- pero no hubo manera.

Los últimos compases solo sirvieron para que las de Santana se relajasen y para que dos chicas no olvidasen jamás este día. Gladys Devora y Arabia Peña entraron en el 24:34 de la segunda parte y participaron activamente en una semifinal copera con 18 años. La casi perfección se vistió ayer con camiseta amarilla y pantalón azul.