La tensión de la carrera se trasladó el podio de Sepang. Nunca antes se habían visto gestos tan serios, actitudes tan de compromiso, en una ceremonia supuestamente alegre que tenía aires de velatorio. Adrian Newey, máximo responsable de Red Bull, se mostró especialmente tirante con Vettel, quien evitaba a su vez cruzar la mirada con Webber. Y Hamilton, en la otra esquina, rumiando una inmerecida tercera plaza que le acababa de otorgar Mercedes como regalo de bienvenida...

No había tardado Vettel en pedir por radio a Red Bull que "quitaran del medio" a Webber después de que el australiano cogiera la cabeza de la prueba tras el primer cambio de neumáticos, pero la soberbia del alemán alcanzó su punto culminante cuando le tildó de "estúpido" por no dejarle el camino libre. El ex piloto Martin Brundle pedía explicaciones al australiano en el podio más tenso de la historia.

"Después de la última parada el equipo me dijo que la carrera había terminado y que arriesgáramos lo menos posible. Red Bull tomó una decisión que solemos acordar antes de cada carrera, pero Seb (Vettel) tomó sus propias decisiones y no hizo caso de las órdenes de equipo. Siempre sucede lo mismo porque se sabe protegido", dijo Webber, que durante la carrera le dedicó una peineta al alemán al verse rebasado.

Vettel, a continuación, intentaba eludir la polémica pero sin bajarse del burro. "Ha sido una bonita batalla. No estaba muy seguro de cuál era la estrategia pero funcionó al final. ¿Algo que decirnos? Si lo hubiera lo trataremos en privado", señaló.

Y de ahí no hubo quien le sacara... hasta que llegó al garaje, donde recibió un más que doloroso tirón de orejas de Christian Horner, el director deportivo de la escudería, que minutos después distribuía otras declaraciones de Vettel en las que éste reconocía que "me he equivocado. Me gustaría tener una buena excusa sobre mi comportamiento, pero no la tengo. Entiendo el enfado de Mark y del equipo por lo que hice. No me importa la crítica, pero debo una explicación a toda la escudería e intentaré hacerlo luego. Es un triunfo del que no estoy orgulloso. Debería ser Mark el que estuviera en lo alto del podio".

El propio Horner no dudó en dar la razón a Webber: «Fue una situación incómoda para la escudería. Les dimos instrucciones claras de aguantar la situación, pero Sebastian tomó la decisión de irse a por la victoria».

La tensión del podio fue tan extrema que Mark Webber llegó a insinuar la culpabilidad de Vettel en el incidente con Alonso en la segunda curva de la carrera. "Lo siento por Fernando", dijo el australiano de manera enigmática. El ovetense se lo tomó con salero. "Para una vez que no subo al podio, !la que me estoy perdiendo! No les vuelvo a dejar solos...", bromeó en su cuenta de Twitter.