Resbalón ante la multitud. Del éxtasis a la decepción. La UD Las Palmas sucumbió por la mínima (0-1) ante un osado Guadalajara en el gran día de la afición. Con 23.985 gargantas arropando a los pupilos de Sergio Lobera, en la mejor entrada del curso liguero, un tanto de Juanjo, iniciada la segunda parte, fue una losa insalvable para un equipo irreconocible.

176 días después [la última derrota en el partenón amarillo se remonta al 6 de octubre ante la UD Almería 1-2], los amarillos besan la lona en su estadio y frenan su despegue hacia la segunda plaza que había disparado la euforia.

Bajo un manto amarillo infinito, la grada respondió al caminar despiadado del equipo -que encadenaba seis jornadas sin perder- y al llamamiento del consejo de administración con la promoción del ´Día del Abonado´, la afición superó las expectativas con una presencia histórica. Desde el calentamiento, con una sonora ovación, el Gran Canaria fue un volcán. Un torrente de energía positiva que terminó convirtiéndose en un elemento de ansiedad.

Con el lateral zurdo Atouba -ubicado en la banda derecha- en el once inicial de Lobera [mismo plan defensivo que ante el Sabadell], los amarillos saltaron al césped con una tonelada de cemento en su mochila. Sin chispa. Fue el Guadalajara el que se hizo dueño y señor del encuentro. Con los roles cambiados, la UD tuvo que sobrevivir en el jardín de un acertado Barbosa, y los alcarreños, con un juego dinámico y preciosista, acabó firmando diez saques de esquina en el primer tiempo.Guion inesperado en un partido extraño.

En el minuto 5, el visitante Vicente mandó un telegrama a Barbosa. Un disparo envenenado que alzó el telón del terror. El meta argentino tuvo que salir de puños -minuto 7- pero Vitolo, ante el desconcierto general, puso algo de cordura. El extremo, tras un pase medido de Tato, completó un gran remate que desbarató el portero ghanés Razak -ex del Tenerife-.

En ese intercambio de golpes, Ortiz confirmó la valentía y el desparpajo del humilde Guadalajara con otra ocasión de riesgo. El portero amarillo, con una estirada felina, evitó el 0-1 y la grada captó el mensaje. Tocaba sufrir, llamada al aliento desmedido.

Con cinco saques de esquina en su zurrón, y ante la dictadura morada, Nauzet y Tato -minuto 15- trenzaron una acción sobresaliente. Regresaba la UD victoriana y Vitolo se puso el frac para estrellarse de nuevo en la figura de Razak. Con un golpeo de furia, el portero del Guadalajara repelió el disparo del máximo goleador amarillo, algo escorado en el margen izquierdo del área pequeña.El asedio del Guadalajara exigió la mejor versión de Barbosa. Juanjo, Vicente, Álex Ortiz y Cristian Fernández insistieron en reventar los pronósticos y tomar la fortaleza de plátano. La UD, en plena agonía, esperaba el contragolpe perfecto para adelantarse en la contienda. Dani Castellano y Atouba dejaron destellos y Nauzet Alemán pugnó con Jony -que completó la pretemporada de 2011 con la UD- por el mando del encuentro.

Con solo dos llegadas de peligro, tras 45 minutos de pesadilla, Lobera decidió sacrificar a Momo para dar entrada al nigeriano ´Macky´ Chrisantus. El extremo de Las Torres, a pesar de no entrar en juego, aportó raza y coraje en labores defensivas y dejó su puesto al oportunismo de un punta siempre en el alambre. Con la misiva de fijar a los centrales del Guadalajara Ortiz y Barral, el atacante africano gozó de la primera gran ocasión del segundo tiempo. Estrelló su remate en el cuerpo del defensa Aitor y dio paso a una contra macabra. De una orilla a otra, el balón terminó en los pies de Álex García que completó un gran centro desde la izquierda para Juanjo -ubicado en el corazón del área amarilla-. El ariete visitante, que llegó en el mercado invernal del Logroñés, aprovechó un desliz fatal de Murillo y Dani Castellano para superar a Barbosa con un toque preciso de cabeza.

Tributo al más incisivo. Producto de su insistencia, el ejército alcarreño encontró el Santo Grial. Y el mazazo fue el principio de la épica. La UD, con el aliento de las 23.895 almas, recuperó su estirpe mortal.

Despertar amarillo

En el minuto 52, Nauzet firmó, desde el borde del área, una asistencia de dibujos animados para el velocista Thievy. Impronta Walt Disney para trazar las líneas maestras de la resurrección. La obra de arte la culminó el punta galo por encima del travesaño. Fue la demostración más fiel de la vuelta del ogro amarillo. El Guadalajara, que lideraba la contienda, retrocedió sus líneas. La UD pasó de dominado a dominador claro de un duelo repleto de variantes tácticas.

En el 56, Vitolo, tras una gran cabalgada, finalizó su acción con un tiro cruzado que despejó Razak. A la hora de encuentro, Macky Chrisantus, con un remate de cabeza desde el punto de penalti, provocó la enésima intervención del meta del Guadalajara. Nauzet, tras una falta, tampoco dio con la tecla.

El mecano de Terrazas se desmoronó. Jony, Antón y Cristian descendieron de los altares para convertirse en mimbres terrenales. Bajo el caos y la urgencia, la UD encontró el camino de la gloria. Hernán Santana aportó coherencia y Nauzet Alemán se ubicó en la banda derecha. Tato dejó su puesto a David González y el mediocentro de La Feria tuvo que dirigir el tráfico, en una zona repleta de minas. Para eludir el campo de presión alcarreño, el central Deivid buscó el desmarque de Nauzet como recurso mortal. Faltó precisión para lograr el tanto de la igualada. La UD hizo méritos para el 1-1 pero careció de la pegada lucida ante el Madrid Castilla de Jesé.

Con Javi Guerrero alistado por la causa -junto a Thievy, Macky Chrisantus, Nauzet y Vitolo-, la UD apeló a la heroica. A la caza de la hazaña. En el minuto 80, una combinación entre Vitolo y Thievy termina en el pecho del lateral Aitor. El canterano, en el 87, y tras un centro de Chrisantus, sacó su fusil de plata pero Razak, como Barbosa en el primer tiempo, se disfrazó de gigante. Una causa imposible.

Es la historia de un desencanto con 23.895 corazones. Los de Lobera, un vendaval tras recibir la puñalada del 0-1, se montaron en su descapotable amarillo hacia el paraíso. El mismo que les llevó a convertirse en el sello más despiadado del último mes de competición. Pero sin acierto y sin la chispa de las tardes doradas, los amarillos vuelven a morder el polvo casi seis meses después. Un resbalón que también llega barnizado de polémica. En el tiempo añadido -minuto 92- frenó una penetración de Thievy. El delantero galo cayó en el área de Razak pero el colegiado Martínez Munuera no picó el anzuelo. La acción es dudosa pero al menos retrata la insistencia de un sello ganador hasta el último segundo. Mal día para la poesía.

El equipo amarillo, catedrático y garantía de rigor al contragolpe, no encontró ayer la ecuación secreta para dinamitar a un notable Guadalajara. Ante la incredulidad general, el esquema de Terrazas encontró el cofre del tesoro. Mil monedas de oro para una propuesta de acero. En la UD, el arrojo de Dani Castellano y las diabluras de Vitolo y Thievy mantuvieron el espíritu. Javi Guerrero, ya sin tiempo, buscó el pase imposible pero Razak se licenció en la Isla.

Con el crédito intacto, los amarillos están obligados a una recuperación inmediata en El Toralín. Espera la Ponferradina, rival directo por la promoción. Es preciso mantener la llama de la ilusión. Y de paso recuperar las constantes vitales de un sello de vanguardia. Dar con la profundidad y desborde que elevan al equipo de Lobera a los altares. Ganar por la grada, la misma que ayer acudió en masa y se marchó bajo un manto de tristeza.