Hermógenes Celada (17-7-1957, Valle de la Valduerna, León) tiene el corazón amarillo. Presidente de La Peña La Bañeza de la UD Las Palmas, se dará el próximo sábado un homenaje en El Toralín. Vestirá de Armani. Llega su equipo.

La palabra desánimo no figura en su diccionario. El último tropiezo con el Guadalajara no mina la moral de un fiel modélico, testigo de los 55 años del club amarillo desde la distancia. A 1.800 kilómetros del estadio de Gran Canaria, este leonés suspira por el ascenso.

El sábado -desde las 17.00 horas en El Toralín- llega el partido del año. Arropará al equipo de su vida, junto a otros 60 miembros de los más de doscientos que conforman la asociación, que cuenta con un local con aroma a museo en la localidad leonesa de mil habitantes.

En 1969, Hermógenes, técnico de maquinaria agrícola y ordeño, se quedó prendido de la magia de la UD. Y del amor a la pasión. Se convirtió en un soldado de la causa y embajador del cuadro isleño por toda la región. En 2001 fundó la peña que tuvo su verano grande en julio del 2004, cuando el equipo, dirigido por el tinerfeño David Amaral -que militaba en Segunda División B-, hizo la pretemporada en La Bañeza. Residente en Ponferrada, la UD pisa el viernes la tierra de Hermógenes. Cuna y capital del 'pío-pío'. "No nos separaremos del equipo ni durante la charla técnica de Sergio Lobera. Apostamos ciegamente por la victoria, animaremos a muerte. Somos conscientes de la importancia y nuestro aliento les hará invencibles", sentencia el presidente y fundador.

Ambiente fraternal. El leonés reconoce el clima de camaradería que existe con la Ponferradina, donde militan los exjugadores de la UD Las Palmas Roberto Santamaría, Samuel y Yuri. "He venido a presenciar muchos partidos a El Toralín en esta temporada. Es más, entre las peñas de los equipos somos como una familia".

Hermógenes prepara la alfombra roja para que la expedición de Lobera visite el museo de La Bañeza antes del duelo. "Espero que puedan venir el viernes [el equipo se desplaza a Madrid el jueves]; para mí sería un orgullo enorme poder mostrarles a todos los jugadores las fotografías y la colección de camisas. Conozco personalmente a Lobera, es una persona noble y harán todo lo posible por rendirnos una visita que hará las delicias de los más de 200 peñistas. Habrá fiesta en el pueblo, sonarán las trompetas y se verán las camisas de Orlando, Turu o Paquito Ortiz".

Aliento berciano para la UD sin mosaicos. Habrá bocadillos gigantes y Ron Arehucas. Hermógenes describe la estrategia y la hoja de ruta para uno de los encuentros más emotivos en su historia como seguidor del equipo grancanario. "Animar y animar; no somos de llevar mosaicos. El ritual es básico, nos gusta acudir al hotel de concentración en la previa y acompañar al equipo al estadio".

Hermógenes se ha desplazado, en esta temporada, desde La Bañeza para ver a la UD ante el Madrid Castilla (Valdebebas), Guadalajara (P. Escartín) Sporting (El Molinón), Lugo (Ángel Carro) y Alcorcón (Santo Domingo). El sábado hará solo 80 kilómetros desde su santuario, donde brilla una foto gigante de Roberto Trashorras, o un flotador de la UD, para guiar al equipo de Lobera al Toralín.

Hace un año, este leonés de 55 años, y un centenar de peñistas, visitó el Gran Canaria para ver la victoria ante el Celta de Vigo. "Sigue escuchando el aliento de la Curva; lo llevo en mi pecho", valora. Hermógenes, tras el desliz ante el Guadalajara en el Gran Canaria, acude al rescate del navío amarillo por la gloria del ascenso. Es el mesías de la máquina de ordeño. Un profeta en el Bierzo con sangre amarilla.