Thievy se hizo de rogar. Con el chándal subido hasta las rodillas (a lo Anelka), unas llamativas medias blancas y unas zapatillas fosforescentes, el francés apareció por la puerta de la terminal del aeropuerto de Gran Canaria y una veintena de aficionados de la Unión Deportiva, ataviados con banderas y bufandas, lo recibieron como si se tratara de una estrella del rock. Aplausos, flashes y vítores. El parisino se ha ganado el favor de la afición amarilla a base de goles, actitud sobre el terreno de juego y simpatía fuera de él. En los viajes, es uno de los jugadores más solicitados para los retratos de los seguidores, propios o ajenos. Thievy siempre responde con una amplia sonrisa.

"Hemos vuelto a recuperar la ilusión de la gente por los futbolistas", apuntó ayer Rafael Méndez, consejero de la UD, a los enviados especiales en el trayecto hasta el avión que trajo a la expedición desde Madrid hasta la Isla, después de haber conseguido un triunfo in extremis en Ponferrada, un adversario que pisaba los talones a los amarillos hasta el sábado.

Cuando Thievy comprobó que Santamaría se había tragado la pelota y ya estaba dentro de la red, el parisino salió disparado hacia el banquillo de Sergio Lobera, a quien dedicó el tanto simulando un monóculo con su manos. "El míster se ríe de mis gafas y, por eso, le dediqué el tanto", señaló de manera simpática el delantero de Las Palmas, autor de diez goles en esta temporada, aunque otras fuentes dicen que ha anotado once porque cuentan el que anotó al alimón con Pita en el partido contra el Lugo en el campo del Ángel Carro.

"Cuando salí del regate no vi a nadie, no vi mejores opciones y rematé a puerta. Por fortuna pude marcar el gol", enfatizó el atacante con gesto de satisfacción, aunque también de cansancio por la dureza del encuentro del pasado sábado. "Antes, ya había intentado centrar el balón atrás y no habíamos tenido posibilidad de remate. Por eso, cuando llegué ahí, sólo pensé en tirar a portería fuerte para que tocara un defensa o fallara el portero", expuso el delantero, al tiempo que agradeció el buen balón servido por Macky Chrisantus.

"Ganar en el último minuto siempre tiene un sabor especial", comenta el parisino sobre la tercera victoria consecutiva de la Unión Deportiva fuera de casa. "No dejas reaccionar al rival y tienes que aguantar en defensa durante poco tiempo. Después del golpe que nos llevamos en casa, teníamos que conseguir la victoria ante la Ponferradina, que era un equipo muy fuerte. Lo hemos solucionado a última hora, pero lo que vale es el triunfo. Es muy importante seguir ganando", dijo convencido Thievy, segundo máximo goleador del equipo, por detrás de Vitolo, que ha acumulado 12 goles durante el campeonato en Segunda División.

El delantero cedido por el RCD Espanyol ha marcado tres goles en los últimos cuatro partidos de la Unión Deportiva. A su buen estado de forma ha añadido más puntería de cara al gol, algo de lo que había adolecido en la primera fase de la Liga y admitía en las comparecencias públicas. En su repertorio ha incluido goles espectaculares como el anotado ante el Sabadell en la Nova Creu Alta, donde se deshizo del defensor con un sombrero y después golpeó con la zurda de manera deliciosa, y decisivos para el triunfo, como el marcado en El Toralín el último fin de semana, donde facturó una jugada sensacional antes de tirar duro.

"Es importante que hayamos mantenido la portería a cero. Nosotros sabemos que, en una u otra ocasión, podíamos hacer gol, como así ha ocurrido al final", destacó sobre el desenlace del encuentro en tierras bercianas, donde se empleó con generosidad en el apartado defensivo. Desde el banquillo de El Toralín, Lobera siempre tuteló los movimientos de cobertura del francés. Al entrenador no le costó aplaudir el despliegue físico del delantero, que en más de una ocasión evitó la salida fácil del balón por parte de los zagueros de la Ponferradina.

"Todos esperamos que venga más gente, que vengan todos los que puedan, a todos los que les guste el fútbol", enfatizó el atacante, mientras una multitud ya lo rodeaba para hacer fotos o pedir autógrafos. "El equipo ha ganado, le ha valido la pena el viaje", apuntaba con gracia el francés.

"Esperamos dar la sorpresa y meternos en ascenso directo. Cada partido que juguemos vamos a ir a tope. Estamos luchando por un objetivo muy ilusionante", concluye mientras la masa lo envuelve.

Se mueve como una estrella del rock. Thievy Bifouma, gol a gol, partido a partido, carrera a carrera, se ha convertido en uno de los ídolos de la afición de la Unión Deportiva, que siempre lo requieren para una fotografía para la posteridad o un autógrafo con dedicatoria. El francés, que marcó el gol definitivo en el estadio de El Toralín el último fin de semana, ha aumentado sus prestaciones ante la portería contraria de manera exponencial en el último mes, de tal forma que ya ha anotado diez tantos. Un récord personal. A la tremenda aceleración y al sacrificio, el francés añade goles en la recta final del curso.