Príncipes de la marea amarilla. Incondicionales ante la madre de todas las batallas. La primera oleada de socios y aficionados de la UD Las Palmas, que acudieron ayer a las taquillas del estadio, adquirieron 1.377 entradas para el primer pulso de la promoción de ascenso a Primera, ante el Almería, que se disputa el miércoles -desde las 21.00 horas- en Siete Palmas.

En la primera jornada de venta de localidades, el abonado Mauricio Sánchez, profesor de Secundaria en Santa Brígida, fue el más madrugador. Desde las 08.04 horas permaneció junto a las taquillas, que abrieron a las 10.00 de ayer domingo. Herido por el último resultado en la Nueva Condomina ante el Murcia, retiró su entrada y otra infantil. "Tenemos que estar apoyando hasta el pitido final. Lo de Murcia fue un desastre, penoso. Pero el balance de la temporada es positivo; el equipo ha respondido. Y necesitan el último aliento".

Sánchez apuesta por una eliminatoria agónica ante el Almería, que concluyó la Liga en la tercera plaza, y que afronta la vuelta ante los amarillos, este sábado, en su feudo de los Juegos del Mediterráneo. "Ganaremos en el Gran Canaria por la mínima, y con apuros, como siempre, nos haremos con el pase a la gran final. El cuadro andaluz es el más consistente de la competición, viene Charles -pichichi con 27 dianas- y habrá que dar la mejor versión", sentencia, el fiel que encadena ocho años de abonado.

Javier Santiago, sufridor en la Curva, se desmarca de la corriente negativa de los últimos resultados -la UD sólo ha ganado un partido en las últimas cinco jornadas- y apela al gran momento de Mariano Barbosa. "Junto a Nauzet, son los dos cracks del equipo, nos llevarán muy lejos. Esta eliminatoria conforma un borrón y cuenta nueva. Hay que empezar de cero, lo que ha pasado en Liga en el último mes ya es historia. Superaremos la barrera de los 20.000 aficionados con holgura, el estadio tendrá la mística de las grandes noches, como el último ascenso a Segunda A ante el CD Linares en 2006".

Del drama de La Condomina a la cola del Gran Canaria. Alexander Perea, militar de profesión, estuvo en el estadio pimentonero animando a los pupilos de Lobera. Tras dormir sólo dos horas, y aterrizar en Gran Canaria, se desplazó con su compañero de aventuras, Sergio Melián, para adquirir su entrada a las 10.24 horas de ayer. "Mi corazón me pedía estar aquí, en mi estadio. Ayer -el sábado para el lector- estuve alentando a mi equipo y el amor por estos colores es infinito", apunta el guerrero amarillo, que estuvo en la victoria (2-3) ante el Almería, en la disputa de la 29ª jornada, el 3 de marzo. "Aquello fue mágico, igual que un orgasmo, lograr la victoria en el último segundo, con diez, con el Murillazo [el central colombiano superó a Esteban en el 93]. Y lo podemos repetir, creo firmemente en besar la final".

La pasión de Alexander por la UD le convierte en un nómada del sentimiento. Almería, Miranda de Ebro, Sevilla, Barcelona... Y el sábado, regresa a Almería. "Por supuesto que iremos, el equipo nos necesita. La UD nunca caminará sola", valora. Además, se muestra crítico con la falta de iniciativas para llenar el estadio. "No pueden meterle el dedo en el ojo al seguidor; era preciso llenar el recinto y bajar los precios. Pero la gente responderá, ahora sólo queda remar todos juntos". El viajero que adora el regate diabólico de Vitolo da paso a una reina del sentimiento. Pino Hernández, presidenta de la Asociación de Peñas Adrián Déniz, defiende los precios impuestos por el club. "Hemos pagado más de diez euros por ver partidos del filial en campos de Tercera. Toca arrimar el hombro. Juntos llevaremos a este equipo a Primera", concluye. La fiebre se extiende por la Isla.