Ya no hay runrún contra Mariano Barbosa como en un pasado no tan lejano. El grueso del aficionado de la Unión Deportiva conviene a estas alturas de la Liga, con sus aplausos, que el guardameta argentino se ha convertido en pieza fundamental del conjunto amarillo. Por eso no hay zumbidos contra el portero, ni cuando toma el balón con los pies, su juego más flojo. Todos, en el campo y en la grada, saben que las posibilidades de los grancanarios en Almería pasan por una buena actuación del arquero en el Estadio Juego Mediterráneos.

El miércoles, en el Gran Canaria, se convirtió en uno de los mejores futbolistas amarillos sobre el terreno de juego. No pudo hacer nada en el gol de Aleix Vidal, pero se mostró firme en todos los acercamientos del Almería. Primero, frenó en seco un disparo desde fuera del área de Iago Falqué; después, achicó con pericia ante Carlos Calvo; y más tarde, salvó con una intervención felina un cabezazo de Jonathan Zongo, que tenía pinta de convertirse en la sentencia para la Unión Deportiva en el partido y, quizá, en la eliminatoria.

Con la competencia, cada vez más próxima, de Raúl Lizoain, Barbosa ha subido su nivel hasta convertirse en uno de los mejores jugadores de la categoría en su posición. Por eso, en Elche, ya han puesto su mirada en el guardameta, que termina contrato dentro de dos años, luego de renovar su vinculación este verano. El argentino se encuentra a gusto porque, por una temporada, milita en un equipo con ambición de hacer algo grande.