El modelo económico del fútbol profesional en España hace aguas. Más de una veintena de equipos han tenido que suspender sus pagos en los últimos años y 19 de los 42 que componen la Primera y Segunda división han pasado por un concurso de acreedores. Mientras , la deuda de los clubes con Hacienda, pese a haberse reducido en el último año, ronda los 700 millones de euros. El Salamanca y Xerez han anunciado su liquidación y el Deportivo de la Coruña, en pleno proceso concursal, desconoce si podrá tomar parte en la próxima temporada de Segunda división. La quiebra, de no cambiar el modelo, amenaza el futuro de la Liga.

En este complejo escenario financiero surge un nuevo control económico que asignará a cada equipo un presupuesto, en función de sus ingresos. Este nuevo marco normativo fue aprobado a finales de enero por el presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, y por el de la Liga de Fútbol Profesional, José Luis Astiazarán y, con ello, se pretende establecer un equilibrio presupuestario para que los clubes no incurran en déficit y acumulen más deuda. Esta iniciativa es el tercer paso dado por la Liga con la intención de sanear los números del fútbol español, después del reglamento económico aprobado en verano de 2011 y el protocolo firmado en abril de 2012 para el control y la reducción de la deuda con Hacienda.

Este modelo, que se inicia este verano, contempla una revisión previa del presupuesto de los clubes y de no estar equilibrado, la Liga no inscribirá las fichas de las nuevas contrataciones. De esta manera, los equipos tendrán que presentar la información requerida el 30 de abril, aunque puede haber plazos especiales para ello, y, a partir de entonces, ningún club podrá inscribir jugadores cuya contratación haga que supere el límite de coste de la plantilla.