Diez temporadas defendiendo los colores del Colegio Arenas. Aitor Camacho (Las Palmas de Gran Canaria, 1982) se ha convertido en el abanderado de un proyecto de Primera. Su reciente renovación con la entidad grancanaria, primera de cara al próximo curso, premia su brillante campaña en el año del retorno a la élite. A sus 30 años, confiesa que aún le queda un sueño por cumplir: ser campeón de liga. Asegura que el traslado al Centro Insular "enganchará a los aficionados".

Afronta su décima temporada en el Colegio Arenas Gáldar Gran Canaria, ¿qué balance haría sobre su trayectoria?

El resumen que haría sobre todo este tiempo es positivo. Es cierto que hemos tenido problemas económicos durante todos estos años, pero me han hecho madurar mucho como persona. La figura de Suso Méndez ha sido muy importante para mí, me ha ayudado bastante a lo largo de mi vida. Siempre he dado todo por este Club y hasta el último día seguirá siendo así. Éste es el equipo de mi vida.

Tras 18 campañas, el Arenas regresó el pasado curso a Primera División. ¿Cómo resumiría la campaña del retorno?

Nuestros objetivos al principio de temporada eran dos: crearle ilusión a la gente y conseguir la permanencia. Si el objetivo está hecho yo me quedo contento, por tanto el resumen que haría es positivo. Aún así, reconozco que ha sido un poco extraña, quizás la más difícil desde que llegué a este Club.

Pero a pesar de haber logrado el objetivo, finalizaron penúltimos, dos partidos ganados, dos empates y 22 derrotas. ¿Qué falló sobre la cancha?

Esa estadística resume lo que ha sido la temporada. En muchos partidos sí que éramos competitivos, pero faltaba esa chispa. Vinieron muchos jugadores nuevos y no se dio esa compenetración que debe haber dentro de la cancha, todo lleva un tiempo y un proceso de acoplamiento. El salto de categoría nos pasó factura al final. Creo que el error más grave ha estado en el hecho de no saber leer los partidos.

Fue su primera temporada en la élite, ¿les pudo el vértigo?

No, yo estoy acostumbrado a esto y cuando estoy en la cancha me olvido de la categoría en la que esté. Lo que falló, bajo mi parecer, fue la concentración. La Primera División te exige estar centrado los 40 minutos y no te puedes relajar ni un momento. Es muy importante mantener la concentración desde el minuto uno y hasta el último porque los errores se pagan muy caros en esta categoría. Pero a mí me ha servido de experiencia.

Y prueba de ello ha sido la magnífica temporada que realizó sobre el parqué...

Ahora que todo ha acabado, se puede decir que dentro de lo malo de esta temporada, personalmente firmé un año brillante. Tuve la suerte de que todo aquello que buscaba me salía.

Incluso llegó a tirar de casta y asumir grandes responsabilidades en muchos encuentros...

Cuando ves que los resultados no te acompañaban, cuando has luchado tanto por ascender con el equipo de tu tierra, y ves que esta oportunidad de seguir jugando entre los grandes se te puede escapar, haces lo que sea por ganar. Yo mismo me creaba una cierta ansiedad y quizás fue la que me dio ese pequeño plus. El haber descendido con el equipo hubiera sido un golpe muy duro para mí.

¿Tiene madera de líder?

No, para nada. Yo me considero un ganador nato, me gusta ganar siempre, pero nunca me he creído el líder del grupo.

Ha sido la primera renovación de cara al próximo curso, ¿lo ve como un premio?

Se podría decir que sí, ha sido un gran detalle por parte del Club.

Aún así tuvo ofertas de la Península y de Italia. ¿Qué le llevó a renovar el contrato?

Es cierto, tuve ofertas del Peñíscola, el Jumillas, el Ribera y de uno de Italia. Sinceramente lo hice más por sentimiento que por el tema económico. Todos sabemos cómo está la cosa aquí, que hay que hacer muchos esfuerzos por el hecho de estar en una isla. En la Península ganaría mucho más dinero, pero el equipo de mi vida es el Colegio Arenas y es donde quiero estar.

Su fidelidad se verá recompensada, este próximo curso, tras la marcha de Néstor, con el brazalete de capitán. ¿Está preparado para asumir ese rol?

Sí, cien por cien. La única novedad será llevar un brazalete que antes no llevaba, porque de resto yo siempre lo he dado todo por este Club, y así seguirá siendo.

Y otra de las novedades, también, es que se deja el Juan Vega Mateos y comienza una nueva aventura en el Centro Insular de Deportes. ¿Qué supone este cambio para la entidad?

Creo que este cambio le va a dar más vida al Club y al fútbol sala. Este deporte está un poco abandonado y ahora tendrá más ruido. Estoy seguro de que ahora que jugamos en la capital vendrá más gente a animarnos. Creo que vamos a volver a enganchar a la gente.

Hagamos un ejercicio de imaginación. Piense en un CID abarrotado, jugando ante el Barcelona o el Pozo Murcia ¿Qué sensaciones le produce?

Un CID lleno tiene que ser increíble. Me entra un hormigueo por el estómago que ojalá fuera ese día ahora mismo. Espero que lo pueda vivir y que no sólo se quede en un ejercicio de imaginación.

¿Cómo le influye a un jugador la asistencia de público?

Muchísimo. Ellos siempre te dan el último impulso. El último aliento te lo da siempre la grada.

Tras este año de prueba, ¿qué vamos a ver a partir de septiembre sobre la cancha?

Ahora que ya conocemos nuestros errores, vamos a disfrutar. Seremos más compactos y no sufriremos como este año.

¿Qué le queda por conseguir en el fútbol sala?

Clasificarme con el Colegio Arenas para la Copa de España.

Un sueño...

Ser campeón de Liga con mi equipo, con el Gáldar.