Travesía por la opulencia y el despilfarro. Pasarela de refuerzos. Desde la llegada del delantero argentino José Óscar Turu Flores a la UD, el fichaje más caro en la historia del equipo amarillo y de la categoría de plata, la entidad isleña se ha gastado en estos últimos 17 años un total de 70 millones de euros. Una cifra que desvela una gestión suicida que llevó al cuadro grancanario a Primera División (2000), pero que también la llevó al borde del abismo y a situarse a un centímetro de la quiebra. Desde la entrada en el proceso concursal, el equipo amarillo optó con acierto por fichar a jugadores a coste cero. Una estrategia que ha convertido a la UD, en la actualidad, en un tiburón. Pero en 1996, con la única meta de besar el cielo del fútbol nacional, la meta era subir a cualquier precio. Así empezó el desastre.

Con Pacuco Rosales como entrenador, y tras abandonar las catacumbas de la Segunda B, en agosto de 1996 la UD se presentaba en el Estadio Insular con un plantel revolucionario. El Turu Flores costó el equipo amarillo unos 3,4 millones de euros. Delantero de enorme potencia, era la pieza angular del nuevo proyecto, que terminaría en ese curso liguero en un enorme fiasco [con la única salvedad de llegar a las semifinales de la Copa del Rey], y con la destitución de Pacuco Rosales y Ángel Cappa, concluyendo la Liga Paco Castellano.

Simionato (1 millón de euros), Walter Pico (700.000 euros), Andrés Grande (500.000 euros) -contó con la ficha federativa desde diciembre-, Randjelovic (400.000 euros), Blazo Raosavljevic (300.000 euros), Dragan Radojicic (600.000 euros) o el centrocampista tinerfeño Sandro (400.000 euros) se unían a los líderes del vestuario como Manolo López, Paquito u Orlando Suárez. Así como a los platanitos, que llegarían a ser internacionales, como Manuel Pablo o Juan Carlos Valerón -que al siguiente curso saldrían del club-.

La lluvia de fichajes tendría su continuidad en el mercado invernal. Vinny Samways llega al club amarillo el 4 de diciembre de 1996, tras el pago de unos 600.000 euros al Everton [a esta cifra hay que añadir que en 1999, cuando el jugador seguía siendo de la UD, se vuelven a comprar los derechos a Grecon Holdings LTD por 1,4 millones de euros, según un informe de la Administración Concursal]. Además, hay que añadir al chileno Illescas (180.000 euros), al delantero internacional paraguayo Arístides Flecha Rojas (300.000 euros) [que logró un tanto crucial para eliminar al Espanyol en la Copa del Rey], el vasco Mendiguren -que no llegó a debutar por una lesión- y al meta Canales -que llegó del Dépor-.

La entonces recién creada Gerencia Deportiva se hizo cargo de la entidad amarilla -con Ángel Luis Tadeo como presidente- y el gasto ascendió a 10,8 millones de euros. Fue la primera piedra del fin. Así se abrió la puerta al agujero negro que puso al club contra las cuerdas.

En la temporada 1997-98, ahora con Germán Suárez como mandatario, la UD, se encomendó a la libreta de García Remón. El equipo amarillo se clasificó para disputar la promoción de ascenso, pero sería eliminada por el Real Oviedo. Zeljko Cicovic, que aún pertenece a la entidad amarilla como preparador de porteros, aterrizó en la Isla por sólo 120.000 euros. Sería un movimiento sobresaliente, el meta, que se retiró de amarillo en mayo de 2005, completó 159 partidos de Liga en ocho campañas. Entró en la historia del club amarillo, al conquistar en la temporada 1998-99 el primer Trofeo Zamora para un portero de la UD Las Palmas.

En el verano de 1997, el lateral Emilio Martín Hidalgo, que costó 3,7 millones de euros, llegó a la Isla como el gran refuerzo de la pretemporada. Avalado por su rendimiento en la Copa América de Bolivia, el internacional peruano del Sporting Cristal firmaría un contrato por cinco temporadas -sólo disputaría dos de amarillo-. En su primera campaña con García Remón, sólo disputó nueve partidos de Liga para computar un total de 255 minutos -incluyendo los dos de la promoción ante el Real Oviedo-. A la siguiente temporada, con Paco Castellano y Quintana Nieves en el banquillo, Martín Hidalgo mejoró sus cifras hasta los 1.171 minutos. Sin embargo, regresaría al Sporting Cristal. Los cedidos Agostinho -por el Salamanca- y Zeferino -Real Madrid Castilla- o los fichajes de Herrera, Óscar y Merino -que superaron los 2 millones de euros- engordaron la nómina de altas. Pero fueron dos altas procedentes del Betis, por 2,2 millones de euros, los que agitaron el mercado invernal. El croata Bjeliça y el delantero polaco Kowalczyk -que fue plata en los Juegos de Barcelona 1992- aparecieron como ángeles salvadores, pero volverían a decepcionar. El organizador jugó 11 encuentros y el atacante, fuera de forma, sólo firmaría un tanto. En esa temporada, el gasto ascendió a 9 millones.

El tanto más caro

El delantero chileno mundialista Manuel Neira sólo logró un tanto de amarillo (en su debut ante el Albacete). Costó 3,2 millones de euros y era el fichaje galáctico del curso 1998-99. La estrella terminó estrellándose. Tras llegar del Colo Colo y jugar en Francia 1998, completó 9 partidos y un total de 243 minutos. Con sólo 21 años, no pudo refrendar su esplendor técnico y entró a formar parte de los movimientos más nefastos. La serenidad de Josico, que llegó del Albacete, se tasó en 2 millones de euros [el jugador manchego saldría de la entidad en 2002, con el descenso del club amarillo a Segunda, para incorporarse al Villarreal sin dejar un céntimo en las arcas]. Y hubo dos altas con acento argentino como el meta Nacho González (2,4 millones de euros) y el centrocampista Hernán Franco (2,5 millones). El mediocampista, que llegó de Newell´s, sólo disputó 109 minutos de Liga, lo que significa que cada minuto le costó a la entidad amarilla unos 22.935 euros. Por su parte, Haber (2,8 millones) también pasó desapercibido: 9 partidos de Liga. Cada minuto le costó al club amarillo 7.200 euros.

Tras la venta del Turu -por 5 millones al Dépor, en una operación en la que se incluyó a Manuel Pablo-, el club gallego aprobó la cesión por dos temporadas (1988-99 y 1999-00) del delantero Renaldo. Logró 14 dianas y acabó disputando 50 partidos. Al músculo de Lima, se unió un rostro conocido: la vuelta del goleador Eloy. Otro motivo de vergüenza. El jugador albaceteño, tras ser pieza clave en el ascenso a 2ª (1996), fue fichado por el Elche por 120.000 euros. La UD lo repescaría en 1998 tras abonar 1,2 millones de euros a los ilicitanos.

La campaña 1999-00 fue el curso del ascenso a Primera, con Kresic en el banquillo. David Pirri (1.6 millones) fue presentado como cedido por el Dépor, y al final el club se percató de que había sido comprado. Lesionado, apenas colaboró en el ascenso. Edu Alonso (1,8 millones), Olías, Amador, el tridente que llegó del Atlético de Madrid B: Tevenet, Ramón, Sequeiros (2 millones) y Lago (1 millón) apuntalaron al bloque. Jarni, sin equipo, y Clotet conformaron la lista de mimbres para el ascenso.

Con el equipo en Primera, la UD invirtió 16 millones, la mayor cifra en un curso. Llegó el central a préstamo por el Dépor Schürrer -que luego costaría 4 millones-. Los brasileños Álvaro y Baiano -que costaron 6,3 millones-, quedarían envueltos en la polémica. Los defensas jugaron con dos pasaportes falsos, que les hacían pasar como comunitarios. Álvaro regresaría en 2002 -con la documentación en regla-. El delantero turco Oktay costó 2 millones y dejaría un rendimiento decepcionante. Se marcharía rompiendo su contrato. El caso acabó en la FIFA. Oulare (cedido por 511.000 euros) firmó 4 goles y Gudjonsson (que costó 2,9 millones) dejó dudas. Turdó, que llegó cedido del Stade Rennes en el mercado invernal por 840.000 euros, sólo logró un tanto ante la Real, que sellaría la permanencia.

De 2002, con el descenso a Segunda A, a 2004, el del regreso a 2ª B, se contabilizan 49 altas. Sólo Reggi o Trotta dieron el nivel. González, Bogliaccino, Monteagudo, José Antonio, Bo Andersen, Cotelo, Bernaus, Lima, Nkong, Maceratesi, Diogo, Fred, Gato Sessa, Matheus, Jahic, Lindbaek, Hietanen, Guillermo, Tomás, Changui, Frutos... Desde 2004, y en pleno proceso concursal, el club se refuerza a coste cero. De Márquez a Máyor, se instala la cordura en la UD.