¿Se ha pellizcado para darse cuenta de que no está viviendo un sueño?

Aún no me lo creo. Lo único que sé es que hemos conseguido una grandísima victoria en un grandísimo torneo. Eso lo vives y lo sientes cada día, estamos muy contentos. Esperemos que nos dure mucho tiempo.

¿Ha dado abasto con tantas llamadas y felicitaciones?

La verdad es que no, el teléfono era una locura después del partido y decidí no cogerlo hasta que terminé de cenar con mi familia. Fue una pasada cómo respondió la gente, es indescriptible.

Empezó el año siendo el 23 del ránking, ¿imaginaba lograr algo así?

Por imaginar, siempre imaginas muchas cosas, pero al final lo que se puede conseguir es otra historia. Siempre luchas por ganar muchos partidos, muchos torneos y llegar lo más alto posible. Pero siendo realista no me lo imaginaba. Lo que queríamos Fernando y yo era clasificarnos para la Copa de Maestros y, una vez allí, disfrutar de la semana lo máximo posible.

El momento clave de la final fueron las cuatro bolas que levantaron en el primer set, ¿cuál fue el secreto?

Lo logramos con tranquilidad y paciencia. Fue una sensación muy difícil. Fernando sacó muy bien en ese juego y yo pude ayudar en la red. Fue una combinación del trabajo de los dos y al siguiente juego pudimos hacer break. Si hubiésemos perdido una de esas cuatro bolas hubiera sido muy difícil.

No se notó en ningún momento su poca experiencia en estas finales. ¿Tan calmado se encontraba?

Estábamos bastante tranquilos porque no teníamos nada que perder y mucho que ganar. Ellos eran los favoritos, los que tenían la presión de vencer y supimos aprovechar esa situación. También es cierto que cuando se acerca el momento de ganar te pones más nervioso, pero lo supimos controlar con tranquilidad y con la confianza que teníamos de toda la semana, que estábamos jugando a un gran nivel.

Tras ganar la Copa de Maestros, el reto del año que viene es algún Grand Slam, ¿no?

Puestos a pedir... el siguiente escalón a la Copa de Maestros está claro que es un Grand Slam. También estuvimos a un paso de ganar un Masters 1000 este año e iremos a por alguno. El objetivo como mínimo será poder jugar la Copa de Maestros de 2014 y, por qué no, llegar a alguna final o ganar un título de Grand Slam.

Entonces, Verdasco seguirá compaginando individuales con el doble.

Vamos a seguir jugando con la misma dinámica que este año. Cuando pueda jugar dobles jugará conmigo, siempre respetando su exigencia en individual, que es bastante. Me ha dicho que le hace mucha ilusión seguir así y yo por supuesto estoy encantado. Si jugar alguna semana el dobles le puede perjudicar en el single no lo jugará, ésa será su prioridad. Eso lo sabe él, yo soy consciente y se lo he dicho, miro primero por su single y después el doble.

La primera ronda de la Copa Davis es el 31 de enero en Alemania, ¿se ve allí?

Me gustaría verme, pero al final yo no tomo la decisión. Yo sólo puedo dar el cien por cien para optar a estar entre los jugadores seleccionados, y si el capitán quiere contar conmigo yo estaré encantado, lo haría lo mejor posible.

Lleva varios años sin competir en individuales. Después de este éxito, ¿piensa en volver a intentarlo?

No. Lo pensé hace tres años, pero me va muy bien en el doble. El single son palabras mayores, requiere un esfuerzo físico brutal y yo con mi edad poco podría hacer. Lo descarto totalmente.

¿Por quéha llegado a la cumbre con 33 años?

Estamos malacostumbrados porque están saliendo jóvenes muy fuertes, y eso no es lo normal. Dicen que el que la sigue la consigue. Y voy a seguir entrenando con las mismas ganas. La madurez tenística me ha llegado un poco tarde, pero me llegó.

Cuándo empezaba en La Pardilla ¿pensaba en ganar títulos a nivel profesional?

No. Lo único que quería era disfrutar del tenis y pasarlo bien con mis amigos. Empecé con cinco años y sólo pensaba en hacer deporte. Jamás me planteé algo así.

¿En quién se fijaba cuando daba sus primeros pasos?

En Agassi, y no podría explicar por qué. Me gustaba mucho su estilo, su forma de ser y de jugar. Siempre lo tenía en la mente.

Fueron muy emocionantes sus lágrimas después de la final, ¿cómo de unido estaba a su abuelo?

Estamos muy unidos en la familia. El sueño de mi abuelo y de mi tío era verme triunfar y verme por la tele. Mi abuelo siempre me repetía que le gustaría verme por la televisión. Gran parte de lo que soy y he sido es gracias a él. Me ayudó mucho también a nivel económico para que me pudiese ir a Barcelona. Sin su apoyo no podría estar donde estoy.

¿Era él quien le llevaba a entrenar cuando era un niño?

Era mi madre. Hizo muchísimos kilómetros. Me llevaba desde Telde a Tafira, se quedaba horas y horas en el club esperando a que terminara el entrenamiento. Fue una vida muy dura, y afortunadamente ha salido muy bien. Aunque ya se lo he dicho muchas veces, desde aquí le doy las gracias por todo, ha sido inhumano todo lo que ha pasado.