Pese a haber disputado sólo 107 minutos de juego en la presente temporada y 75 en la anterior, el canterano del Herbalife Gran Canaria Walter Samuel Tavares es por condiciones y progresión un jugador en la agenda de varios equipos de la NBA. El pasado domingo, un ojeador de Cleveland Cavaliers estuvo presente en las gradas del Obradoiro para tomar nota de las cualidades de este valor amarillo con contrato hasta 2016 y que, por edad, se encuentra en el año en que podría ser elegible en el Draft de la NBA. Memphis Grizzlies también sigue los avances de este pívot de Cabo Verde.

Edy Tavares, un gigante de 220 centímetros de altura y 240 de envergadura, empieza a ser un atractivo más allá de la geografía insular. El propio jugador, por recomendación de su agente, se inscribió de manera voluntaria la pasada temporada en el Draft -el proceso por el cual las franquicias de la liga norteamericana se hacen con los derechos para la NBA de jugadores menores de 23 años- con la intención de que su nombre empezara a conocerse en los círculos que rodean la élite del baloncesto.

En consecuencia, una semana antes de que se cerrara el plazo, éste retiró su papeleta. Pero este año, la perspectiva cambia para Tavares, nacido en el año 1992, ya que un conjunto de la NBA puede hacerse con los derechos de cualquier jugador de esta generación y mantenerlo como opción de futuro.

Esto no implicaría el salto inmediato a la mejor liga del planeta, algo que se entiende como precipitado. Sin embargo, el seguimiento en torno a este pívot no es descabellado puesto que, en previsión de una progresión adecuada, las franquicias en muchas ocasiones adquieren por adelantado estos derechos para gestionarlos durante años sin necesidad de incorporarlos, como pasó con Freeland, drafteado en el año 2006 e integrado en 2012 tras su paso por Unicaja.

En el Granca se entiende la presencia de ojeadores como algo habitual en casi todos los partidos de la ACB y, por lo tanto, se resta trascendencia a este seguimiento.