Un punto con agonía en el infierno de hielo. Ejercicio de serenidad para elevar a los altares la figura del meta de la UD Mariano Barbosa. El arquero argentino fue un ángel salvador, con ocho paradas de mérito, la única buena noticia en un pulso desdibujado y que estuvo salpicado por la polémica [el árbitro López Acera anuló un gol a Yuri por juego peligroso ante David García].

El primer acto fue soporífero y luego llegó el bombardeo del conjunto de El Bierzo. Pero el ángel rojo cerró la puerta de forma magistral. En el torrente de bostezos de hielo, emergió la figura del gigante para vestirse de héroe. La primera estirada felina llegó en el punto kilométrico número 17. Descorchó de esta manera su fragancia.

Superada la media hora de juego, de nuevo Barbosa se vistió de Superman. Un vuelo para lucir sus puños de acero a la salida de un saque de esquina repleto de cianuro. Y en el 38, Marquitos sacó su fusil y la grada se preparaba para la celebración del primero. Eléctrico y sublime, el portero de la UD, ayer con la elástica de color rojo, lució su capa. En el 39, tras una gran acción de Acorán, fue Fofo el que desperdició la mejor ocasión del equipo de Claudio Barragán.

Así se alcanzó el descanso. Y el primer acto queda retratado por la escenificación de un pacto de no agresión en la Siberia de El Bierzo. El ejército de Lobera no dio con la fórmula para lucir su arsenal y completó un bagaje ofensivo pírrico. En el primer tiempo, en un pulso espeso, sin ritmo, el equipo grancanario solo completó dos ocasiones de peligro ante la meta del exportero de la UD Las Palmas Roberto Santamaría. La primera llegó desde el costado derecho, tras un centro maravilloso de Juan Carlos Valerón, que no llegó a rematar Masoud en boca de gol por culpa del lateral diestro Carpio. El defensa local se tiró a los pies del internacional iraní, en el área pequeña y desmontó el proyecto del 0-1[minuto 8]. Y hubo que esperar algo más de media hora, para presenciar una nueva llegada de la UD ante la morada de Roberto Santamaría. Pero estuvo cerca de poner en franquicia a los amarillos -que ayer jugaron con la elástica blanca-.

Tras soportar con dignidad el bombardeo de la SD Ponferradina, con un Javi Lara pletórico en la dirección, el balón cayó en el costado izquierdo del ataque de la UD. Masoud, tras recibir de Valerón, completó una asistencia mágica. Una parábola de chocolate que no acertó a rematar Vicente Gómez. El mediocentro isleño, sin oposición y en una posición inmejorable -en el punto de penalti- golpeó mal el esférico que se fue desviado. Y poco más, el resto fue una pesadilla. Un ejercicio de contención y fortaleza, en un césped en pésimo estado, y ante un rival que se defendió con uñas y dientes.

Barbosa y poco más. Y se alzó el telón del segundo tiempo. Hubo un cambio de actitud. Más velocidad, más mordiente. Masoud, en los primeros segundos, fue frenado en falta, y la película cambió de guión. Pero fue un espejismo. La Ponferradina se desató, aprovechó la falta de mordiente del conjunto de Lobera y se lanzó a por todas. Dio un paso al frente. Un golpe sobre la mesa. Un golpe sobre el tablero de ajedrez de El Toralín.

Los de Barragán tomaron la iniciativa de manera brutal. Revolución de órdago. Cambio de guión. Sin complejos y con un barril de plutonio, los locales fueron directos a por el botín de los tres puntos. La UD se desmoronó pero apareció, una vez más, la estirpe inmortal de Mariano Barbosa. En su cuarto año de amarillo, como segundo capitán del galón -tras David García-, se siente un mimbre importante y volvió a acudir al rescate. Nueva aparición bendita.

En esos minutos de pánico, del 55 de la segunda parte al 70, solo Barbosa supo mantener el timón. Fofo y Marquitos volvieron a morder el polvo; Acorán tampoco pudo superar al inmortal. Y en el 63 entró Yuri, otro ex de la UD, para engordar la nómina de pistoleros locales. Un auténtico infierno.

Reflejos y autoridad

La actuación de Barbosa, solo superado por el gol anulado a Yuri por falta sobre David García, mantuvo a la UD en el partido. En el tramo final, Macky Chrisantus y Tana coquetearon con el 0-1. La salida de Máyor, pitado en El Toralín, su feudo en las últimas campañas, encendió la épica pero se mantuvo el empate inicial hasta el final.

En esa lluvia de misiles, Deivid y David García cumplieron con nota. Se alienaron junto al inmortal Barbosa para edificar el muro amarillo. Dani Castellano, que encadena su segunda titularidad tras permanecer inédito desde el inicio de Liga, fue un puñal por la izquierda. Al igual que Ángel López, que tuvo que sudar sangre ante la tiranía del delineante Javi Lara. Desde el 9 de noviembre, la UD no dejaba su portería a cero, y ayer fue titánico el esfuerzo en el área amarilla. Pero en el frente ofensivo, la cuestión se tiñe de drama.

´Macky´ Chrisantus pasó desapercibido y solo la entrada de Máyor, que se mostró eléctrico y combinativo, encendió la luz. Asdrúbal y Tana engordaron la nómina de pistoleros de refresco pero no hubo manera de poner en apuros al meta Roberto Santamaría.

Espesos en ataque pero rigurosos en la retaguardia. Fue la noche del ángel rojo, un meta gigante que tapa las lagunas de los francotiradores. Mal remedio tener que sufrir hasta el infarto para arrancar un punto del congelador de Ponferrada. La UD solo cumplió en la faceta más básica, se limitó a sobrevivir ante un equipo desatado, que mereció algo más a los puntos.