Con un balonmano sublime, el Rocasa ACE Gran Canaria ha cruzado la línea de la modestia.Se ha ganado la condición de temible en una competición entregada a la furia verde. Trabajo de titanes para una constelación de gladiadoras que buscan este mediodía -desde las 12.00 horas y por Teledeporte- su espacio en la historia. El cuadro teldense, dirigido por Paco Santana, acarició la perfección en semifinales para liquidar al anfitrión Alcobendas (30-37) en un ejercicio diabólico de velocidad y precisión. Silvia Navarro, con 15 paradas en semifinales, y María Luján - 7 dianas y todas en la segunda parte- bastaron para poner sobre la mesa las credenciales del eterno aspirante. Las isleñas quieren cruzar la frontera, pasar de candidatas a campeonas, y este domingo 16 de marzo brilla con intensidad. Se puede encender la mecha del cambio.

El Bera Bera, en la final sin despeinarse,tras batir a Zuazo y Guardés, es el gran dominador del balonmano nacional: campeón de la División de Honor, Copa y Supercopa de 2013. Un rival temible, que refresca de la memoria del Rocasa dos derrotas dolorosas por el mismo tanteador: 25-24. Pero lo acontecido ante el Alcobendas, invita al optimismo. Silvia Navarro, fundamental en las dos victorias, aporta el plus que precisaba el Rocasa. Ante el cuadro madrileño, en las 'semis', mantuvo al equipo isleño con un recital de reflejos.Fría como el hielo, ha demostrado que es de otro planeta. Y ahora se mide a Eli Pinedo, otra figura referencial en las Guerreras de la selección española. Un bloque que se dio un baño de bronce en los Juegos de Londres y en el Mundial de Brasil. Tendrá su particular desafío en el cruce de dos equipos. En un pulso de dos generaciones. La joven y osada del Rocasa ante un Bera Bera con la sala de trofeos deslumbrante. Y aquí reside en el valor histórico de esta final, en que el ogro de San Sebastián estira la dictadura o en la ilustración del cambio de ciclo. Se alzaría el telón para la era verde.

El peligro del Rocasa reside en el tamaño de su arsenal.Las centrales Davinia López y María Luján se llevan los elogios pero hay más mimbres de acero. Para alcanzar la final por segundo año consecutivo en el torneo de Copa, y plantar cara a las donostiarras en Liga, de Alba Albaladejo a la portera Adriana González, la segunda fila tiene un papel estelar.

La orquesta sinfónica de Paco Santana, antes de la madre de todas las batallas, funciona como un reloj suizo. Piezas básicas como Melania o Tiddara, la furia de Haridian y la contundencia de Almudena confirman que hay más fondo de armario. Y rostros del nuevo siglo como María Arabia, la última perla de la factoría de Las Remudas. Un ejército a la caza de la gloria, con magia y sudor. Porque en la lucha, la tinerfeña María González es otra garantía de vanguardia. Mela, desde el extremo, es una pesadilla para las defensas rivales. "Somos un conjunto, aquí no hay estrellas", insiste Silvia Navarro, para desvelar una de las claves del Rocasa.

Tanto vale marcar como luchar en el infierno. María González y Alba personifican la casta y un gran poder de definición. La mezcla perfecta, que va en el escudo del Rocasa. Por ahora un candidato, pero abonadas a un ciclón. Y en la zona vip, la gran capitana. Davinia López, con ocho goles en el pulso de semifinales, es la embajadora. La emperadora de este proyecto, que busca ampliar

su onda expansiva. Que pasa por tumbar, al Bera Bera, como sucedió el pasado 8 de febrero, cuando cayó el ogro en el Pabellón Antonio Moreno (27-22) en la 15ª jornada de la competición. ¿Qué hay de nuevo Bera Bera? Cara a cara, dos propuestas antagónicas. Dos generaciones que quieren una Copa. La Copa de la venganza.