Cuando a falta de un cuarto de hora para el final del partido Nauzet Pérez dejó un balón muerto en boca de gol, Asdrúbal corrió como una bala. El canterano llegó antes que nadie al rechace y marcó su tercer gol en Liga, cuarto con el primer equipo de la UD Las Palmas. Tenía una cuenta pendiente Asdrúbal en esa portería. En esa zona es en la que recoge pelotas su hermano pequeño Aníbal, jugador del infantil A del club. Y después de embocar a puerta vacía siguió corriendo para celebrarlo en familia. Le señaló, ambos sonrieron y se golpearon hombro con hombro para festejarlo.

Es el segundo partido que Aníbal, de 13 años, ejerce de recogelotas en el Estadio del Gran Canaria. Ya lo hizo contra el Lugo, pero entonces ni Asdrúbal ni la UD pudieron marcar. No es el primer gol que celebran juntos. Ya el año pasado, cuando Asdrúbal estaba en el filial, marcó en el partido del ascenso contra el Tuilla. Lo hizo de penalti, y justo detrás de la portería, entre el gentío que se congregó aquel día en el Anexo, estaba Aníbal, y Asdrúbal corrió hacia él para abrazarle. Era el día de su cumpleaños y le prometió un gol como regalo. Y cumplió con la promesa para certificar el ascenso del filial.

Aníbal desvela cómo se fraguó la celebración: "Antes del partido fui a su casa a buscar una foto firmada por él para una amiga, y planeamos hacer ese saludo para que me lo dedicara", indica. Lleva ya 30 goles en el infantil, también juega tanto de mediapunta como de delantero, y es un nuevo miembro de la saga de los Oramas. Tiene como referencia a su hermano mayor: "Me fijo en él. Estoy muy orgulloso, lo está dando todo y luchando por ganarse un puesto", comenta.

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