Hay despedidas fúnebres, cuando un amigo se va, y otras alegres con el inicio de una aventura. Existen despedidas serenas, festivas y también tristes y compungidas. Y después, como la que vivirá hoy el Centro Insular con su último partido de la ACB y con el amarillo del Granca en el banquillo local, se dan despedidas con honores y especialmente ruidosas, porque es el ruido en el rugir de las gargantas, el del ánimo de la grada y el apoyo incondicional de una afición entregada a sus jugadores, como este recinto ha creado una leyenda que desde hoy perdurará para siempre.

Todo empezó un 22 de octubre de 1988 con Joaquín Costa en el banquillo, Berdi Pérez, Greg Stewart, Scheffler y Joan Pera, entre otros, y un árbitro grancanario Luis Hernández sobre el parqué. Enfrente estaba el Mayoral Maristas que se llevó el primer triunfo pero la semilla ya estaba plantada: 26 temporadas después el recinto de la Avenida Marítima es leyenda del baloncesto español. El CID ha acogido 398 encuentros del CB Gran Canaria en la ACB con un total de 256 victorias. Además, ha sido el escenario de un duelo de Supercopa, de dos fechas de Copa del Rey y 50 en competición europea. Solo seis entrenadores se sentaron en el banquillo local: Costa, Hussein, Poch, Orellana, Maldonado y Pedro Martínez. Los números hablan de la fortaleza de un recinto que un periodista de Vitoria bautizó como la ´Roca´, otros como la ´Bombonera´ y los jugadores asumieron como su segundo hogar. Pero, como en toda despedida que se precie, hoy (12 h.) toca revivir las anécdotas, vivencias y recuerdos, en corrillo, con todos aquellos que lo vivieron y disfrutaron.

"Solo en la agonía de despedirnos somos capaces de comprender la profundidad de nuestro amor", escribió Mary Anne Evans, una autora que trabajó con el seudónimo de George Eliot, y la afición del Gran Canaria ha hecho propia esta frase durante toda la semana. El Centro Insular de Deportes guarda en su memoria una infinidad de emociones que la hinchada ha recuperado en la red social de ´Twitter´ bajo el hashtag #RecuerdosdelCID. La lista es larga: la canción de La Rama, el mate en su propia canasta de Darryl Middleton con el Barça, los duelos de John Morton frente a Isma Santos y los de Jaycee Carroll contra Brad Oleson, los tiempos pretéritos de Greg Stewart -el primer mito- y su pareja en el juego interior, Tom Scheffler, con sangre saliendo de su playera ante el Valvi Girona.

La afición amarilla se acuerda especialmente de la agonía de aquellos tiros libres de Sitapha Savané con el reloj a cero para forzar la prórroga del tercer encuentro de Playoff ante el Joventut. Mientras los jugadores, por su parte, han alabado el trato tan cercano con la grada y la calidad humana con trato familiar que siempre recibieron de los empleados del club y del Cabildo. También resurgen en la memoria aquellos partidos del sábado a las seis de la tarde, los alley-oops marca de la casa de un señor de la canasta llamado Jim Moran, la vuelta al ruedo enloquecida de Spencer Nelson tras vencer al Barcelona en el año más complicado de los últimos tiempos. Muchos compartieron también a partir de la presencia y vivencias de jugadores grancanarios, en primera persona, como Juanmi Morales, Roberto Guerra y Javi Alvarado, entre otros. Y mitos como el eterno capitán Sitapha Savané fue de los primeros en ilustrar con fotos sus mejores recuerdos. Incluso ilustres jugadores NBA como Serge Ibaka y Víctor Claver se sumaron con fotos de sus partidos en el Centro Insular y la cuenta oficial del Valencia editó una galería cedidas por La Provincia. Hay recuerdos de todo tipo, casi todas con pasión, con mucha emoción y siempre con ruido, esa constante, en el CID.

Porque con ruido, con los tímpanos al límite de su resistencia, se hizo todo en el pabellón de la Avenida Marítima, desde su partido inaugural al aplauso en pie, tan largo como sincero, en el homenaje a Jim Moran. Con ruido unos años antes la famosa BMV, con Burditt, Morton y Vandiver, el Granca se asentó en la competición y empezó a ganar a los grandes de la Liga. El Real Madrid ha caído en ocho ocasiones; la primera en 1991 con una canasta ganadora de Pedro Ramos y la última en noviembre de 2010 con la actuación destacada de Carroll, último héroe anotado. Mientras, Barcelona ha sufrido 11 derrotas en el pabellón insular. Jorge Racca, el Batman amarillo, fue su primer verdugo al anotar 21 puntos. El Granca llegó a encadenar cinco triunfos consecutivos ante el Barça de Juan Carlos Navarro entre 2005 y 2009. Hoy termina una historia hermosa que ha tenido una contante. Y es que todo aquel que entraba quedaba enamorado del amarillo Granca y enganchado a la pasión del CID.