Cae el Eibar y parece que se han alineado todos los planetas. Es el año del ascenso. Ahora o nunca. Y más si la UD tiene un lanzador infalible como usted, de penaltis, un héroe que ha dado 9 puntos. ¿Se ve en Primera?

-Momo- Lo importante era ganar al Hércules y se logró. Ahora estamos más cerca del objetivo, que se ha reducido a un punto del ascenso directo tras el tropiezo del Éibar. Sólo pensamos en el Mirandés, que es el próximo rival. Siento que estamos en la línea y es el momento adecuado para lograrlo. Sólo restan 8 jornadas y el tiempo pasa volando. Tranquilidad y humildad, ahora más que nunca. Estamos a un punto pero hay que seguir igual. No pensar más allá, se ha dado un paso más. En el plano personal, no soy el salvador de nadie. Intentamos hacerlo lo mejor posible por el bien de la UD. Me siento importante, entre todos estamos tirando del equipo.

Y usted como lleva el ser el delantero de moda. Sin Aranda (sancionado), y con el pichichi Macky en la grada descartado, apareció al rescate con un tanto providencial ante el Hércules en el primer balón que tocó en el segundo acto. ¿Qué se siente?

-Héctor- Contento por el triunfo y en lo personal, una alegría enorme porque hemos logrado marcar los dos hermanos. Ya en lo colectivo, considero que el equipo completó méritos para llevarse la victoria ante el Hércules, la afición nos ayudó muchísimo y tuvo un papel clave. Todo se complicó con el tanto inicial del rival -obra de Sardinero- pero logramos darle la vuelta. Que es lo que cuenta, con el calendario que resta, no podemos fallar en casa y el triunfo sabe fenomenal. En nuestro estadio se tienen que quedar todos los puntos.

Y el veterano (31 años) y hermano mayor, ¿cómo analiza la condición de artillero de Héctor? Ha roto ya el cascarón y es un pistolero indomable...

-Momo- Siento mucha alegría pero sobre todo satisfacción porque él se lo ha ganado a pulso. Ha tenido que currar muy duro y cuando sale al césped trata de ayudarnos. Tiene la misión de solucionar esos problemas en las labores de definición, como sucedió ayer -el pasado sábado para el lector-. Su gol nos vino muy bien, nos hacía mucha falta. Aportó tranquilidad para los 30 minutos que faltaban de partido. Debe aprovechar sus oportunidades, como lo hace en los entrenamientos. Siempre con tesón, sacrificio y humildad.

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