El fallecimiento de Gregorio Socorro Soto no por esperado ha dejado de ser menos impactante en gran parte de la sociedad canaria, donde era muy conocido por sus actividades empresariales -dirigió durante muchísimos años la empresa Sotabac prima Cigars SL-, pero sobre todo en el mundillo deportivo, especialmente en la natacion, a la que dedico muchos años.

Socorro Soto desarrolló sus actividades en la empresa familiar, relacionada entre otras cosas, con el tabaco, hasta que en la década de los sesenta emprende la aventura empresarial en Cuba, precisamente en una época en la que las relaciones comerciales con el país caribeño no estaban muy bien vistas.

Gregorio Socorro, por su carisma, buen hacer y sus reconocidas dotes negociadoras, estrechó hasta tal punto sus relaciones con aquel país, que se convirtió en el mejor embajador que tuvieron los productos cubanos en el exterior, desde los famosos Habanos, de los que era un auténtico experto, aparte de gran fumador, pasando por otros como el Ron Havana o la famosa conserva de guayaba Conchita.

No en vano, fue reconocido dentro y fuera del país, de la mano de varios de sus ministros e incluso de Fidel Castro, que lo nombró Hombre Habano del año, una prestigiosa distinción tabaquera a nivel mundial y además lo fue a nivel personal y humano, con estrechas relaciones con los diferentes diplomáticos de Cuba en las islas, que lo convirtieron en un auténtico introductor de embajadores.

Y todavía se puede ver una fotografía de Gregorio Socorro en el hall de un famoso Hotel de la Habana, en el espacio reservado a los visitantes ilustres., como lo fue él durante muchos años, más de medio siglo, aunque últimamente ya lo estaba dejando en manos de sus hijos.

Además tuvo tiempo para ser concejal del ayuntamiento capitalino durante la alcaldía de Ramírez Bethencourt, y recibiendo de ese mismo ayuntamiento el título de hijo predilecto el pasado año 2013.

Pero sin duda alguna donde más se recuerda su labor es en el mundo del deporte, sobre todo en la natación, aunque sin olvidar su paso por la Federación de Automovilismo, donde fue uno de los primeros comisarios en las pruebas que se organizaban por aquellos años sesenta en las islas.

Gregorio Socorro toma contacto con la natación en la Playa de Las Canteras, bajo la disciplina del Club Marítimo Las Canteras que fundara José Medina, en La Puntilla, y pasa al Metropole, donde llega a ser presidente a principios de los años sesenta, en plena ebullición del proyecto de construcción de las actuales instalaciones, donde toma parte activa.

Por sus ocupaciones profesionales cede el testigo a José Feo Perdomo, pero no deja de estar apoyando al club y a la natacion, siendo "responsable" de eventos internacionales como lo fue el España-Italia de la inauguración de la piscina del Metropole, la Copa Latina o el Mundial Militar, entre otros.

En los sesenta empieza a tomar las riendas federativas en aquel time-sharing federativo que se creó entre Gran Canaria y Tenerife, compartiendo mandato con el tinerfeño Guillermo La Serna, promoviendo la consecución de los locales que son la sede federativa actual.

El paso a la Federacion Española lo da en los años setenta, siendo vicepresidente con Landa y creando la primera Comisión Técnica nacional, apuntándose en su haber el logro de poner en marcha los famosos Age Group o Grupos de edades que han seguido vigentes hasta la actualidad.

El affaire con el propio Landa no hizo otra cosa que engrandecer su figura a nivel nacional, ya que toda la natación hispana le dio su apoyo, hasta el propio presidente de FINA.

Rafael Blanco lo rescata en los años 90 para la Federación Española en su Junta Directiva, precisamente para las relaciones internacionales en las que era todo un maestro, reconocido por dirigentes nacionales y de otros países.

Por eso no era de extrañar que la Confederación Latina de Natacion, que forman 27 países de Europa y América, lo eligiera presidente para dos legislaturas, en Montreal 2005 y en Roma 2009, ambas por unanimidad y tampoco era de extrañar que para su toma de posesión como presidente de la Federacion Canaria acudieran esos máximos mandatarios mundiales, como fue el caso de Mustapha Larfaoui, presidente de FINA y más actualmente de su amigo Julio Cesar Maglione, el uruguayo que es ahora el presidente

Una presidencia, la de la canaria, que alcanzaba en los primeros años noventa cuando se promulga la Ley Canaria del Deporte y se vuelve a crear una sola Federación, descartando las provinciales a las que él también había accedido, y es elegido por mayoría, que vuelve a repetir en 1998, 2002 y 2006, en total 16 años al frente de una natacion canaria, que fue una de sus constantes preocupaciones a lo largo de su vida.

La gran cantidad de premios y reconocimientos así lo avalan, desde su club el Metropole, con su insignia de oro, la Federación Canaria que lo nombro Presidente de Honor, la Española con su placa de honor y medalla de oro, la asociación de periodistas, de Las Palmas, el Gobierno de Canarias, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y un largo etcétera, que corroboran así una larga trayectoria dedicada la natacion.

Se nos ha ido una figura histórica en la natación canaria, de esas que aunque no ganan medallas en la piscina son indispensables en su generosidad, para que otros sí que las ganen. Descanse en paz.