Apretar los dientes y ganarse la condición de titular. La reválida del teldense Roque Mesa. Un guerrero, como así se bautiza el isleño, con ambición. El futbolista de 25 años, que afronta su segunda experiencia en el equipo profesional, tras los 22 partidos que completó en el curso 2011/12, pide una oportunidad. Ha completado 26 minutos en las dos primeras jornadas del campeonato, en ambas ha sido suplente, pero se considera, desde el respeto al estratega Paco Herrera y al sacrificio de sus compañeros, titular. El centrocampista, uno de los más aclamados por la grada del Gran Canaria, tras su sobresaliente pasada campaña con Las Palmas Atlético en Segunda B, se estrenó en este campeonato en el minuto 79 de la primera jornada ante el Llagostera. Entró con el 2-0 y por mediocentro Vicente.

En la segunda cita liguera, en San Moix y ante el Mallorca, saltó al césped en el 73 y por Nauzet Alemán. No figura en el once elegido por Herrera, el mismo que ha repetido en las dos primeras fechas, pero destila fortaleza y fe ciega en su fútbol. El mismo que conquistó el Anexo en el universo de bronce.

Descarta que el último tropiezo (1-1) se debiese a la falta de ambición, como también determinó el técnico Herrera en sala de prensa. "No sé si faltó ambición; el equipo estaba algo cansado, se intentó hasta el final como se pudo apreciar con el lanzamiento de Asdrúbal que desbarató Cabrero. Ellos también hicieron su partido; las cosas van bien, solo llevamos dos partidos y hay que sacar la arista positiva. El empate fue justo, un punto para cada uno, y solo queda seguir sumando", concretó.

En el plano individual, descarta el rol de revulsivo. Lucha y trabajar por jugar de inicio. "Uno siempre quiere ser titular; quiero jugarlo todo pero también hay que aceptar las decisiones del míster Paco Herrera. Hay que estar ahí, trabajar duro en todo momento, y ponérselo difícil a los compañeros. En este vestuario hay mucho talento y todos queremos jugar", confiesa el centrocampista.

Tesón y humildad

Reconociendo la elevada competencia, y la enorme complejidad de hacerse con el timón de la UD, Roque Mesa no se rinde. Tras su paso por la Segunda B -tanto en el filial como en el Atlético Baleares- conoce la fragancia del infierno. Ha trabajado duro por la gloria.

"Uno siempre quiere más, pero bueno también es agradecido con lo que te dan. Uno solo es un guerrero más dentro de la plantilla y estaremos dispuestos a lo que decida el míster", valora el isleño, que cambió el ritmo del encuentro en la última jornada ante el conjunto bermellón. Además, resta importancia a la odisea del viaje a Palma de Mallorca, que dejó a la expedición tirada en el aeropuerto Adolfo Suárez de Barajas Madrid durante casi nueve horas. En la previa, no era la mejor manera de encarar un duelo de tanta importancia.

"No vale como excusa, tenemos que seguir peleando. ¿Los viajes? Muchos serán así, no podemos poner como excusas los desplazamientos; debemos buscar siempre los tres puntos", realza.

Y mantiene una línea optimista, recordando que ante el Llagostera se ofreció un ritmo alto de juego, circunstancia que costó mantener ante el Mallorca. Sobre las dos caras de la UD, la mostrada en el Gran Canaria y en Palma, descarta síntomas de preocupación. "No lo sé si ofrecemos dos registros; todo se analizará como merece. Hubo factores como el cansancio, la humedad... Todo influye, el calor, el campo no estaba en buenas condiciones. Pasó factura pero no hay que excusarse; no es positivo".

Lista de variantes

La encrucijada de Roque Mesa por ser protagonista en el proyecto de Paco Herrera no es una empresa fácil. Al gran nivel ofrecido por Javi Castellano y Hernán Santana, cabe añadir la impronta de magia de Vicente Gómez. Es el héroe del último derbi ante el Tenerife, y domina el último pase a la perfección. Es el tridente de Herrera, y para derribar esa muralla, Roque Mesa insiste en el desborde y en su fantasía. A pesar de solo contabilizar 25 minutos ha dejado un registro para la esperanza. Oposita, como Juan Carlos Valerón, a convertirse en la mejor alternativa a los tres mosqueteros. Un trío que parece intocable. Al menos, por ahora.

En el filial, con Víctor Afonso, en la pasada campaña, completó la elevada cifra de 35 partidos y 8 goles. La fenomenal recuperación de Hernán Santana -el mejor fichaje para este curso- frena la irrupción de Roque en ese sistema 4-3-3 o 4-1-4-1 del técnico amarillo.

La visita del Lugo, este domingo y desde las 19.00 horas, servirá para salir de dudas. Herrera se ha decantado por una fórmula atractiva, con la posesión como arma mortal, y en ese elenco de fantasía, al menos de inicio, Roque no tiene sitio. No es un drama, solo una invitación al trabajo desmedido.

En el vestuario amarillo respira el mejor ejemplo de lucha y coraje. Una máquina de superación. El extremo Momo, que tuvo un inicio desafortunado de la pasada edición liguera, se puso el mono de faena y terminó siendo el mejor -junto al meta Barbosa-. Roque quiere salir victorioso en el casting de la sala de máquinas. Igual que Asdrúbal Padrón, Valerón, Benja o Guzmán. Con Herrera, ser titular es una bendición. Y una lucha contra un gigante de siete cabezas.