El Poeta Tomás Morales Clipper (1:09:58), con Oliver Bravo de Laguna de patrón, se proclamó campeón de la XLVIII edición del prestigioso Torneo Eliminatorio de La Caja -con lo que volvió a reverdecer viejos laureles- al derrotar en la gran final al Minerva Digitalium (1:11:07), con Gari Chocho a la caña, y al Pueblo Guanche Hospital La Paloma, con Javier Barreto como patrón (1:14:09).

El histórico casco del barrio de San José recupera así para sus vitrinas un trofeo que se le resistía desde hace dieciocho años. Los aficionados joselitos se dieron cita en la base náutica Fernando Roque en un buen número, para recibir con aplausos y vítores al bote y a toda su tripulación.

La jornada se presentaba con viento de fuerza 3.5 de dirección Norte y con el mar en buenas condiciones para la navegación. La expectación por parte de los aficionados, que no quisieron perderse ningún detalle de la regata, fue numerosa a lo largo del recorrido.

El Morales salió primero, tras corresponderle en el sorteo, y lo hizo con un inicio bastante más rápido que sus dos adversarios, Guanche y Minerva, que cerraba la bajada de bandera. Es La Escoba quien decide romper las hostilidades a poco de la salida y poner proa para tierra. Pueblo Guanche y Morales responden al unísono y los tres botes se van a un bordo en busca del viento terral. En los primeros instantes, la ventaja es para el Tomás Morales, que navega más a barlovento que sus dos adversario y con mejor punta de velocidad. El Minerva se descuelga y navega más a sotavento.

A cada virada del Minerva, responden Guanche y Morales, que no querían despistarse y sí mantener las diferencias, cuando los botes navegaban a la altura de San Cristóbal.

El Minerva se la juega

Ahí, el Minerva, algo descolgado, se juega sus opciones y Gari Chocho decide realizar una maniobra y venir de nuevo en busca del viento de la tierra para intentar sorprender a sus rivales. Mientras, Morales y Guanche deciden seguir navegando a la vuelta a fuera, pero sin perder de vista a La Escoba, que por tierra les metía el miedo en el cuerpo.

La propuesta del Minerva le salió bastante bien, pues se acercaba a la proa del Morales y dejaba descolgado al Guanche, que perdía opciones de triunfo.

El título de campeón ya era cosa de dos, Poeta y Minerva, cuando los botes ya navegaban dentro de la bahía. El Morales dominó mejor sus recursos entonces y fue más rápido que el Minerva, que intentaba aprovechar los roles de viento para acercarse al bote joselito, que llegó a la línea de meta con una ventaja suficiente como para proclamarse campeón.