Vuelve el Ferrari de Herrera. FH-500, un juguete de alta gama. El bólido que enamora y sienta cátedra en el planeta de plata reta al Alcorcón (19.00 horas y con las cámaras de la TVC) en el partenón de Siete Palmas. Un examen de fuego para poner en la estratosfera el escudo amarillo. Ni Betis ni Valladolid, tras cuatro jornadas, la Liga Adelante se rinde a los encantos de una propuesta tropical. Toque y presión; elegancia y sudor. La quinta del Roque Nublo, de Valerón a Nauzet, siembra el terror por el ascenso. Así late el mejor equipo de la competición, que ostenta el jersey oro.

En la cima de Segunda, invictos y con diez puntos [la última derrota en partido oficial se remonta al pasado 31 de julio ante el Mallorca en Son Moix], toca refrendar un inicio de vértigo. Porque la UD es un fórmula uno que tritura a los rivales a 200 km/h. Sello despiadado, perfecto en defensa y letal en ataque, que trabaja pendiente de un tobillo. Todos miran al pistolero.

Araujo sí, Araujo, no. El cuadro grancanario maneja, de cara a la galería, la duda del pichichi de la categoría de plata. Es un brindis al sol porque su nombre va cosido el escudo. En este producto de autor de Herrera [que en las cuatro primeras jornadas ha repetido la propuesta de diez grancanarios y el punta argentino] brilla la liturgia de una libreta de acero. Hermético en la retaguardia y con un asesino del área repleto de inspiración en la otra trinchera, el concurso del ‘10’ es una religión. Su sombra se ha convertido en el Santo Grial. Cada balón que toca es un empujón al cielo, un bombón de chocolate suizo. Una tonelada de caviar.

A la luz del pistolero Araujo, un asesino del área para la historia con cinco dianas en cuatro partidos, respiran diez gladiadores. Todo en- caja en el mecano de la UD, que confía en sumar la cuarta victoria esta noche y besar el Heliodoro, el próximo domingo 28 de septiembre, en el derbi ante el Tenerife, como flamante líder de Segunda. Toda una declaración de intenciones.

El meta Raúl Lizoain, en su quinta jornada de Liga de forma consecutiva como dueño del marco, se mantiene en el cargo sin agobios. Ser portero de la UD es la profesión más plácida del universo. Apenas hay trabajo, apenas hay motivos para sufrir un infarto. Cómo ha cambiado la película, del trabajo frenético de Mariano Barbosa, en las últimas cuatro campañas, al lucimiento pausado del guardameta del futuro, que está convenciendo por aplomo y reflejos. Pero aún no ha estado bajo fuego enemigo.

Si Raúl Lizoain es intocable, la zaga es de hormigón armado. “Que sigan hablando de Araujo, nuestro punto fuerte es la defensa”, explicó ayer un peso pesado del vestuario amarillo. Tras 360 minutos de competición -más 90 de la segunda ronda de la Copa del Rey ante el Mallorca-, los isleños solo han recibido dos goles. Bofetones -ante el cuadro bermellón de Martí y ante el Racing de Miguélez- que tienen justificación. Dos despejes bajo sospecha, acompañados de sendos remates a la red, figuran en la nómina de los despropósitos. Un par de rasguños en la cara de la bestia amarilla que ha lucido su pegada con diez tantos en Liga.

Este inicio liguero, aparte de la borrachera de goles de Araujo (5), ha servido para rendirse a los pies de una defensa intratable. David Simón, David García, Aythami Artiles y Ángel López completan la muralla perfecta. Y a unos centímetros de los cuatro samuráis, los tres fantásticos. Javi Castellano, Hernán Santana y Roque Mesa. Disciplina y rigor con el buen trato al balón como idioma universal. Este equipo funciona, como un reloj suizo, por el equilibrio y la eficiencia que destila conforman la melodía perfecta. Porque hay más equipo que la sombra despiadada de Araujo.

La segunda incógnita

A la duda del Chino Araujo, se une la de Momo en el costado zurdo. Ya recuperado de su dolencia en la espalda, regresaría tras dos semanas en el dique seco a la convocatoria [jugó su último partido ante el Mallorca en Liga]. Todo apunta, salvo sorpresa, que sería suplente. El diestro Guzmán Casaseca, a pierna cambiada, actuaría en la izquierda, tras su gran partido ante el Racing de Santander en El Sardinero. El extremeño, veloz y con desborde, deleitó por su osadía. Fue capital en la reacción y el revulsivo perfecto. Ocuparía la plaza del búfalo Asdrúbal Padrón.

Los amarillos, tras aplastar a Llagostera (2-0) y Lugo (3-0) en el Gran Canaria, parte como favorito ante un rival trampa. El Alcorcón, con la batuta del exjugador de la UD David González, cuenta por victorias sus dos salidas ante Albacete y Mirandés. El equipo madrileño de Bordalás destila disciplina y domina los espacios. Tratará de diseñar una telaraña y un sistema antimisiles para ‘secar’ a Araujo.

En la chistera del estratega amarillo Herrera, un banquillo repleto de argumentos. Si ante el Racing, la sabia gestión del excedente fue determinante, al dar entrada a Valerón y a Guzmán, en el tramo final, en esta ocasión habrá que estar muy atentos a las entradas de Vicente, Héctor Figueroa, el propio Flaco o Asdrúbal. Festival de dinamita, al que se une el acierto y el gran momento de la versión más solidaria del extremo Nauzet. El francotirador de Las Mesas colecciona asistencias y es el motor de una legión de pólvora. Bienvenidos a un escenario de fantasía y terror. Planeta de caviar. La UD, en su FH-500, pone rumbo al paraíso. Y está pilotado por Araujo, que busca su sexto gol bajo el éxtasis. Y de paso, mirar desafiante al Teide.