"Ahora todavía podemos retroceder pero, si atravesamos este pequeño puente, todo tendrá que resolverse con las armas", dijo Julio César a sus tropas el 11 de enero del año 49 aC. Estaba a punto de cruzar el Rubicón, un río tan corto como caudaloso que separaba la República de Roma de las Galias. Según la ley romana el gobernador que lo atravesara sería condenado. Ese movimiento supuso el inicio de la Segunda Guerra Civil de la República de Roma contra las tropas de su viejo aliado Pompeyo Magno. Julio César ganó, se convirtió en el amo del imperio y el resto es historia.

El Rubicón de esta UD Las Palmas son partidos como el de Montilivi. "Si queremos estar arriba debemos cruzar la línea", estimuló Paco Herrera la semana pasada a su fiel ejército. La ancha línea que separa al aspirante del ascendido a final de temporada se traspasa en partidos como el de esta tarde (19.00 horas). Y a esta UD le falta un golpe sobre la mesa ante otro favorito para demostrar que va en serio. Ya está al borde de la línea, pero eso no es suficiente porque el objetivo es quedarse al otro lado. Estuvo a punto de lograrlo frente al Sporting, el Betis y la Ponferradina, los otros tres rivales mejor clasificados a los que se ha enfrentado.

Para cruzar el puente sin lastimarse por el camino la UD tendrá que dar un salto en Montilivi con respecto a los encuentros que ha jugado a domicilio. Dio la sensación en el Benito Villamarín y en Ponferrada, partidos que el cuadro insular acabó con un jugador más sobre el campo, que se daba por bueno el empate. Y aunque la media inglesa -ganar en casa y empatar fuera- es sinónimo de ascenso directo, conformarse con sumar de uno en uno a domicilio no es una opción.

Mejorar a domicilio

Paco Herrera reconoce que al equipo le está costando dar un paso adelante fuera de casa: "Al margen del rival, a nosotros nos ha faltado algo para ser un equipo tan fiable como en casa. Ese es el reto y para jugar contra un rival directo hay que ser ambiciosos", admitió el jueves en rueda de prensa.

El técnico lleva desde el martes instruyendo a sus jugadores sobre las peculiaridades del Girona. Ha preparado la cita con mimo no sólo por el nivel del conjunto catalán, sino por su inusual sistema táctico. El de Pablo Machín es el único equipo de la categoría que plantea un 5-3-2, un esquema que de momento le funciona a la perfección. Con los jugadores apropiados, le permite protegerse con tres centrales, sorprender por las bandas, disponer de superioridad en el centro del campo, y además amenazar a los centrales rivales con dos delanteros.

El examen le llega a Paco Herrera sin uno de sus soldados más diligentes, un Hernán que estará tres semanas de baja. Roque, autor de un gol en el último encuentro, tiene todas las papeletas para suplirle. Sigue ausente el francotirador Nauzet Alemán por sanción, y los lesionados de larga duración Tana -que ya está a punto de volver a trabajar con el grupo-, Benja y Dani Castellano. Aythami Artiles es duda, motivo por el que Paco Herrera se ha llevado a todos los disponibles a Gerona, entre ellos a Jesús.

Si el de Arguineguín no llega a tiempo será Marcelo Silva el hombre que salga de inicio. Quien volverá al once será Ángel López, que se perdió el duelo de la semana pasada por acumulación de amonestaciones. Su regreso mandará al banquillo a Christian Fernández, salvo que Herrera apueste por su veteranía en detrimento del estado de forma de David Simón.

Y en ataque repetirá el trío que forman Guzmán, Momo y Sergio Araujo. El extremeño y el de Las Torres, junto con Culio, serán los encargados de conectar con el cedido por Boca Juniors, que volvió a sufrir molestias en el tobillo esta semana y ha sumado "solo" un gol en los últimos cuatro partidos. Su puntería y la solidaridad del equipo es el mejor arma de la tropa de Paco Herrera, que está preparada para la conquista.