El emperador de un orden glorioso. Culio, el motor del líder. El futbolista argentino, sobresaliente ante el Valladolid en el templo de Zorrilla, en la última jornada de Liga, es el corazón y el cerebro de esta UD indomable. Ayer regresó a los entrenamientos -el pasado martes se ejercitó a menor ritmo por precaución junto al readaptador Jesús Suárez- tras dejar atrás sus molestias musculares. El ex del Dépor se ha convertido, en los seis encuentros de Liga que ha disputado (510 minutos) [se estrenó ante el Sporting el 4 octubre tras finalizar los trámites del transfer], en una pieza insustituible. Nunca ha sido suplente, y deslumbra bajo el torrente de luz de Javi Castellano, otro mimbre de jerarquía en la sala de máquinas del primer clasificado.

Canchero y con fuego en la sangre, ayer dejó constancia de su talante ganador. Es un volcán para la UD. Muere en cada pelota en los ejercicios de toque para superar la presión de rivales. Un astro en los ronditos. Se abrazó con Roque y no dejó de dar indicaciones a los más jóvenes como Artiles o Leo. Así respira un líder con una sombra eterna. Junto al Flaco Valerón, la impronta de Culio es de rango y mando. Figura de peso. Como acredita su dominio de la situación. Adora vivir al límite, su temperamento le ha llevado a una expulsión -ante el Numancia por doble amarilla (en tan solo 10 minutos). En esa cita firmó su único tanto, porque Culio es puro temperamento. El término derrota no figura en su diccionario.

Aceleración, pausa

Culio ha completado 267 pases y cuenta con 40 recuperaciones. Su tanto, de cabeza, lidera su aportación ofensiva, que se cifra en nueve disparos a portería. Zurdo y con una visión de juego de genio, le brindó a Roque Mesa la asistencia del 2-0 ante el Albacete. Cuando levanta la cabeza, al argentino se le aparece el Santo Grial. Con el marcador a favor, como sucediese ante el Valladolid el pasado domingo, duerme el encuentro con maestría. Ante el cuadro pucelano, recibió nueve faltas, seis de ellas en el segundo tiempo, cuando los de Herrera lograron la remontada. En total, en sus 510 minutos en Liga, ha recibido 31 faltas. Una cifra que casi triplica las provocadas por el atacante zurdo (11), que ha protagonizado 12 encuentros de la Liga de Campeones con el CFR Cluj de Rumanía [entidad con la que ganó dos Ligas y dos Copas de la máxima categoría del fútbol rumano].

Ponga un Culio en su vida. Herrera disfruta del engranaje perfecto. Una pieza que vale para agitar el ataque como para darle la pausa necesaria. Con el argentino, la UD es invencible. Cuando pisa el césped, los amarillos son una legión de lobos hambrientos. La pelota tiene dueño. Es el estandarte del líder y la extensión de Herrera.