España deberá conformarse con pelear por la medalla de bronce, tras perder por 22-26 ante Francia, en un encuentro de semifinales en el que al equipo español no le bastó con su emocionante ejercicio de fe tras el descanso.

Un carácter que permitió al conjunto español volver a meterse en un partido, que parecía casi perdido para los de Manolo Cadenas, con los cuatro goles de desventaja (14-18) con los que concluyó la primera mitad. Sin embargo, el carácter no fue suficiente para derrotar a una Francia, que busca en Doha convertirse en la primera selección en ganar cinco títulos mundiales, como pudo comprobar una España a la que le faltó claridad ofensiva, en unos minutos finales, en los que Francia hizo valer sobre la pista el peso de su leyenda.

Ambos conjuntos salieron dispuestos a que su oponente no fuera capaz de armar su entramado defensivo, un escenario que no pareció beneficiar en especial al conjunto español, máxime cuando enfrente se encontraba una de las defensas más aguerridas del planeta.

A este problema se unió la inteligencia y movilidad entre líneas del extremo Guigou, que con tres goles puso a los quince minutos de juego un más que inquietante 7-12 adverso. Dos goles del benjamín de la selección, Alex Dujshebaev, así como una magnífica asistencia al extremo Albert Rocas, permitieron recortar la desventaja hasta los dos goles (13-15), pero fue una ilusión que se encargó de romper el guardameta francés Thierry Omeyer, que con sus paradas en los minutos finales del primer tiempo se encargó de devolver a España a la realidad, una dura realidad, plasmada en el 14-18.

Pero esta selección, la vigente campeona del mundo, no entiende de convenciones, y apretó los dientes como nunca en defensa. Los 'hispanos' se situaron a tan sólo un gol de distancia (18-19). Fue determinante la actuación del joven Gonzalo Pérez de Vargas. Sin embargo, España pagó su atasco en ataque con una nueva arremetida del conjunto galo (18-21). Un tanteador que los de Cadenas a base, más de voluntad que de juego, lograron de nuevo apretar (21-22). Pero cuando parecía más cerca de la remontada, tras la exclusión de Xavier Barachet, el conjunto español volvió a caer en los mismos errores que ya le costaron el año pasado la derrota ante los galos en la semifinal del Europeo. Los españoles no supieron jugar en superioridad numérica y los galos se marcharon de nuevo con tres goles de ventaja (21-24), una diferencia que resultó insalvable (22-26).