Los Patriots de Nueva Inglaterra aseguraron su legado de dinastía del siglo XXI al ganar la 49 final del Super Bowl de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), gracias al brazo magistral del mariscal de campo Tom Brady y a la interceptación salvadora del profundo novato Malcolm Butler. Ambos fueron la combinación que permitió a los Patriots venir de atrás y ganar por 28-24 a los Seahawks de Seattle, en una de las finales más emocionantes y grandiosas que se recuerdan en la historia del Super Bowl, que tuvo como escenario el University of Phoenix Stadium, de Glendale (Arizona), ante 70.288 espectadores. En la imagen, el momento en el que Brandon LaFell anota un 'touchdown' para los New England Patriots.