No importan las victorias recientes o el recuerdo imborrable de la eliminatoria de cuartos de hace dos campañas, el Laboral Kutxa siempre asusta; es una suerte de Freddy Krueger en las pesadillas recurrente del Herbalife Gran Canaria. Luis Scola, Mirza Teletovic, Tiago Splitter, Igor Raciocevic, Andrés Nocioni, Arvydas Macijauskas o el incombustible Fernando San Emeterio. Cualquiera de estos nombres producen escalofríos en el imaginario claretiano. Por eso, el Granca de Aíto no se fía de la posición que ocupa hoy el Baskonia, instalado en una eterna refundación. El equipo de Vitoria siempre es temido.

El conjunto insular se enfrenta esta tarde (17 horas) a un equipo renacido que remonta posiciones en una escalada tan firme como sólida de la mano de Ibon Navarro. El Laboral Kutxa empezó el curso mal con el italiano Marco Crespi como entrenador. Josean Querejeta mandó parar y sacó su chequera infinita. Salieron White, Gomes, Perkins, Hamilton, Sasha Vujacic, Thomas Heurtel y Orlando Johnson. Entraron Mike James, Darius Adams, Ben Hansbrough -escolta del Granca la pasada temporada- o Mirza Begic para reflotar al equipo. No es una novedad. Hasta 50 jugadores han pasado por el equipo del Buesa Arena durante las cuatro últimas temporadas. En consecuencia, el equipo vasco, con el joven y valioso, Davis Bertans como líder anotador, está a las puertas de regresar a los ocho primeros puestos. Mientras, el Granca defiende su inercia positiva del último mes y medio de competición. Clasificado para octavos de la Eurocup, el equipo de Aíto atraviesa la fase más compleja de su calendario ACB y es consciente del valor de repetir victoria en el histórico Buesa Arena, escenario de las gestas amarillas. Finalmente, Txemi Urtasun entró en la convocatorio y se sentará en el banquillo con opciones para jugar si las últimas pruebas lo permiten. Además, el mejor momento de Tavares y de Kyle Kuric de este curso, amenaza al rival vasco. Por si fuera poco, el Granca cuenta con un nuevo escolta anotador; se llama Oliver y no falla.