A Paco Herrera se le notaba feliz en la sala de prensa de El Molinón. Y así lo reconoció el propio técnico y por varios motivos. Por el empate, por mantener el liderato de la Liga Adelante, por recuperar la mejor versión de juego y, en especial, por el partido que firmaron ante el Sporting dos futbolistas que, en el tramo final del curso, tendrán una importancia capital en los planes de la Unión Deportiva Las Palmas: Momo y Juan Carlos Valerón.

El primero recuperó plaza en el once titular. Fue el elegido por Herrera para sustituir a Jonathan Viera y, desde la mediapunta, mezcló a la perfección con la línea de vanguardia de Las Palmas. Con Momo en la alineación, el conjunto amarillo se mueve con más criterio en ataque: hay más juego de asociación, se exploran más vías para encontrar la portería contraria y se facilita la incorporación de jugadores desde las líneas más retrasadas.

Junto a Javi Castellano -que completó otro partido entero más sobre el terreno de juego-, Hernán y Vicente Gómez, Momo formó un centro del campo que se impuso por una cuestión numérica a la medular del Sporting, donde el grancanario Mandi y Sergio Álvarez no daban abasto para contener el empuje amarillo.

Con 1-1 en el marcador, después de superar el susto que generó el gol de Juan Muñiz -de penalti-, Herrera varió el dibujo táctico de Las Palmas para sorprender al Sporting, agazapado entre la magia de El Molinón a la espera de un contragolpe con el que arrebatar el liderato a Las Palmas. El técnico retiró a Hernán y dio entrada a Valerón para, en medio del caos provocado por el conjunto local, imponer un poco de calma a base de fútbol.

Valerón y Momo mezclaron a la perfección. Buscaron los espacios libres, desterraron el individualismo y encontraron en Ortuño un socio perfecto para poner en apuros al Sporting.

Con 14 jornadas por delante, la experiencia de Momo y Valerón se antoja capital en los planes de la Unión Deportiva.