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Rubén, el terror del Gran Canaria

El delantero, rey del gol en Segunda, desafía a la UD en busca de su octavo tanto a los amarillos

Rubén Castro celebra un tanto en esta campaña con el Betis. ESTADIO DEPORTIVO

Jack el Destripador viste de verde. El embajador del terror afila el bisturí. La vuelta de Rubén Castro al Gran Canaria es un pasaje por el horror. El delantero grancanario (33 años), formado en la cadena de la UD, es un catedrático del pánico. En su expediente de pólvora figuran 7 goles al club grancanario. Con 19, pisa el domingo el recinto de Siete Palmas como máximo realizador de la categoría.

Emblema del Betis, llega avalado por su 'hat trick' de la última jornada ante el Valladolid en el Villamarín. Fue el rey de la fiesta. Una mañana para la eternidad que le elevó a los altares. Cuenta con 102 en su quinta temporada consecutiva en el conjunto del Heliópolis.

La UD, líder en las últimas 17 jornadas [tras tomar Montilivi (1-2), el 8 de noviembre, con dos goles de Guzmán ante el Girona], recibe al intratable ejército de Rubén en el combate perfecto. La madre de todas las batallas. Los dos equipos, empatados a 53, se citan por la gloria del jersey oro del liderato y el poder de la pólvora de Segunda.

Los isleños (46) tendrán que aplacar el influjo diabólico del Moña -cuyo equipo suma 41 dianas-. El isletero reta a dos figuras medievales como David García y Aythami Artiles. Pilares de acero para silenciar al especialista. Todo empezó el 29 de noviembre del 2008, Rubén, con la elástica del Huesca, bate a Santamaría para sepultar a un bloque depresivo en El Alcoraz. Esa victoria (2-1) provocaría el episodio bautizado como el motín de Barranco Seco que el costaría el cargo a Juan Manuel Rodríguez. El primer tanto de Rubén a la UD provocó una catarsis y la llegada de Javier Vidales en diciembre del 2008. Fue la primera bala de la fiesta.

El tiburón y pitos

El segundo tanto del punta grancanario llegó en la segunda vuelta de aquella campaña 2008/09 con la SD Huesca. En el minuto 49 adelantaba al conjunto oscense y se llevaba la pitada de la marea amarilla. Los pitos acompañarían para siempre del punta más despiadado ante la UD. En la siguiente temporada 2009/10, el delantero firmaba por el Rayo Vallecano. El salto definitivo en su carrera. Conoce el libreto mágico de Mel.

En noviembre del 2009, en Siete Palmas, selló el tanto de la igualada pero Lamas batía a los de Vallecas un minuto después (2-1).

Del Rayo al Betis. Mel se comprometía con el conjunto bético y se llevaba en la maleta la magia y la pegada de Rubén Castro. En esa temporada 2010/11, terminaría con 27 dianas, el mejor dato de su carrera profesional en la élite y el ascenso a Primera. Y al conjunto amarillo, le marcó por partida doble. Primero en el Gran Canaria (2-2), en un encuentro frenético, en la era dorada de Paco Jémez, con Viera y Vitolo como perlas, y en la debacle isleña en el Villamarín (4-1).

En el torneo del 'ko'

Con el ascenso, UD y Betis se cruzaron en la Copa del Rey. Y el Moña volvió a hacer de las suyas. En la ida de los octavos de final, marcó a los doce minutos de pisar el césped de su campo favorito. Entró en el 54 y en el 66 firmó el 0-1. Macky Chrisantus equilibraría la balanza. En la vuelta, Rubén selló el pase tras batir en el 85 a Barbosa.

Las siete puñaladas del atacante de La Isleta a la UD. Ocho partidos contra los amarillos para estirar su fama de perverso y ubicarlo en una posición de privilegio en la lista de los más odiados. Icono para el beticismo, sus cifras en el club del Heliópolis son una puerta a la leyenda. Es el jugador más resolutivo de la historia. Todo talento.

Casillas y el pichichi

Rubén debutó con la UD en la liga de las estrellas a las órdenes de Sergio Kresic en La Rosaleda ante el Málaga -temporada 2000/01-. En ese curso, todavía con edad juvenil, acabaría con 19' de amarillo.

En la temporada del descenso 2001/02, ya con 20 años, firmó 29 partidos de Liga (1.170') y cinco goles. Su estreno fue a lo grande, tras liquidar a Casillas en el 4-2 al Madrid. El Moña alcanzó la excelencia en el Insular ante el conjunto merengue de Hierro, Raúl y Zidane. En octubre del 2001 se presentaba al viejo continente la versión más diabólica de un rostro de área. Dotado de un instinto asesino, estiró su nómina de 'killer' en la categoría de plata. Fue pichichi en la 2003/04 (22 tantos) y se fue al Dépor -con Momo- tras el descalabro amarillo a la Segunda B.

Dijo adiós de amarillo al Gran Canaria con otro recital de pólvora. Ante el Terrassa, penúltima jornada y con la UD descendida, el 13 de junio del 2004, cifraba en 38 su aportación ofensiva al club de su corazón. Se fue abucheado. Siempre en el ojo del huracán, el artillero que entró en la historia del recinto de Siete Palmas -mayo del 2003- como el primer goleador ante el Anderlecht belga, vuelve este domingo. Y volverá a ser noticia.

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