"Intentaremos hacer ese fútbol atractivo que ha enganchado a millones de personas en todo el mundo". "Espero que conmigo Messi encuentre su mejor versión". "Los futbolistas no necesitan mano dura, sino comunicación, ir juntos de la mano". "Vamos a jugar de la misma manera, le daremos los matices precisos y espero encontrar una versión muy efectiva y atractiva". Un año después de su presentación como entrenador del Barcelona, Luis Enrique ha cumplido todos los objetivos que se había marcado. Ha llevado al Barça al segundo triplete de su historia, su equipo ha jugado un fútbol espectacular, con variantes sobre el mismo tema, y Messi vuelve a ser el mejor del mundo.

De los propósitos iniciales, el que más se puso en duda fue el de su relación con el vestuario. El partido de Anoeta abrió una brecha con algunos jugadores, con Messi al frente, que hizo peligrar el puesto del entrenador. Ese mal momento del equipo coincidió con la destitución de Zubizarreta, el principal valedor de su llegada al banquillo azulgrana. Sin pelos en la lengua, Luis Enrique reconoció que la marcha del director deportivo le debilitaba.

En la rueda de prensa de su presentación, Luis Enrique se autoproclamó como líder del equipo, una condición que se puso en duda por los acontecimientos de principios de año. Pero, de una manera u otra, el gijonés volvió a coger las riendas para completar una temporada histórica. Así se lo reconocieron jugadores importantes de la plantilla, como Mascherano.

Otros pesos pesados también se manifestaron a su favor, sobre todo por las dudas acerca de su continuidad. "Lucho se lo merece, porque ha recibido muchas críticas al principio y él ha seguido trabajando igual. Se lo merece, porque ha sido un gran líder para el equipo", recalcó Xavi, agradecido porque el gijonés le convenció el pasado verano para que siguiese en la plantilla.