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Vela latina canaria Vuelta a la Isla

El 'Poeta Tomás Morales' entra en la historia al cumplir su reto

El bote 'joselito' atracaba a mediodía de ayer en la base náutica Fernando Roque tras cuatro etapas de travesía

Salida al amanecer del viernes desde la base náutica.

¡Tumba Morales!, señala el dicho desde que hace 85 años el populoso bote del no menos popular barrio de San José iniciara su andadura. ¡Y vaya si tumbó! El Poeta Tomás Morales, patrocinado por la firma Clipper desde hace varias temporadas, refrendó ayer la consecución de su reto para poner otra muesca más en su dilatada historia, porque el casco joselito cumplía con la consecución de completar la vuelta a la isla de Gran Canaria después de cuatro etapas que iniciara el pasado viernes y acabara a mediodía de ayer con su atraque y regreso a la base náutica Fernando Roque, en la capital grancanaria.

Emoción, lágrimas de alegría y el típico grito de guerra de los moralistas esperaban a la tripulación joselita a la llegada al Muelle Deportivo, después de que un buen número de seguidores y aficionados siguieran su evolución por tierra desde que partiera ayer de La Marfea con su patrón titular, Óliver Bravo de Laguna, a la caña y completara así el último tramo de una travesía que duró 30 horas de navegación, en las que cursaron 112 millas náuticas, durante las cuatro etapas en las que se dividió la misma, utilizando ocho patrones -cinco de ellos por invitación especial y expresa de la Sociedad joselita, presidida por Rafael Rodríguez: Santi Ceballos, Alejandro Barrera, Zebenzui Perdomo, Juanjo Díaz y Alejandro Rodríguez; más los tres que a lo largo de la temporada han llevado la caña de forma alternativa: Óliver Bravo de Laguna, Gustavo del Castillo y Kevin Rosales-, 29 tripulantes, tres barcos de apoyo logístico, dos zódiac auxiliares, cinco emisoras de seguridad y dos coches de apoyo terrestre.

Ésa era la logística organizativa de este reto, que se hizo bajo la dirección de Juan Machín y que convierte al Morales en un bote mucho más histórico aún en su ya dilatada vida: el bote de la vela número 3 y el rayo en la proa es el primero en conseguir dar la vuelta a Gran Canaria y ello lo suma a un palmarés digno de admiración donde los haya dentro del vernáculo deporte.

El casco utilizado por el Morales para esta empresa, le fue cedido por el Sestiba, que a su vez lo construyó para, con ocasión del centenario del Real Club Victoria, realizar la travesía entre Santa Cruz de Tenerife y la playa de Las Canteras junto al barquillo Zuleyka el pasado año 2010.

La histórica gesta se realizó a lo largo de cuatro etapas en las que no hubo contratiempos dignos de reseñar y en las que las condiciones de viento y mar fueron las idóneas y propicias para realizar una buena navegación en este tiempo otoñal en el que nos encontramos, de tal forma que a la llegada de nuevo ayer lunes a la base náutica Fernando Roque no se hubiesen producido sobresaltos de ningún tipo y se cumpliese con lo establecido en el libro de ruta y lograr el objetivo trazado de dar la vuelta a la isla de Gran Canaria.

1ª Etapa

La travesía del mayor reto del vernáculo deporte zarpaba el pasado viernes con la suelta de amarras y la vela al poco viento que soplaba en el soleado amanecer de un primer día en el que había varios objetivos a cumplir: navegar en mar abierto, dar la vuelta a La Isleta y poner proa al puerto de Las Nieves, en Agaete, para realizar allí la primera parada técnica y cambio de tripulación, aparte de un merecido descanso, sin parar después de casi ocho horas de navegación.

Tras descansar alrededor de una hora, y esperar la salida del ferry a Santa Cruz, el bote volvió a soltar amarras y, en esta ocasión, con uno de los patrones invitados a la caña, pues era Alejandro Barrera el encargado de timonear el casco hasta la llegada al término de la primera etapa, en el puerto de La Aldea, donde tripulantes y expedición de apoyo terrestre fueron recibidos por el alcalde del municipio norteño, Tomás Pérez.

Los expedicionarios pernoctaron en el municipio aldeano y a las luces del alba ya estaban nuevamente dispuestos para envergar el bote, que había quedado fondeado en el puerto, y surcar las aguas hacia su nuevo destino.

2ª Etapa

La segunda etapa llevaría al Morales desde La Aldea a Pasito Blanco, con parada técnica en Arguineguín, donde les esperaba la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno. La tripulación pasa por uno de los momentos de mayor temor desde que se pensara en esta travesía, que era dar la vuelta en la Punta del Descojonado; pero la misma se realiza sin consecuencias dada la bonanza del tiempo.

Tras reponer fuerzas, al ser puerto de avituallamiento, con un almuerzo mientras el bote quedaba abarloado a uno de los barcos de apoyo, dos horas después parten hacia Pasito Blanco con la anécdota de haber sido recibidos por el sol y ser despedidos por una cálida y fina llovizna. En Pasito Blanco el bote toma un nuevo refugio para pernoctar y esperar a la tercera etapa, que les llevaría a Taliarte.

3ª Etapa

De nuevo con las luces del alba y tras un amanecer de ensueño, el Morales enfila hacia el Faro de Maspalomas para dejarlo a su barlovento y poner rumbo al puerto de Taliarte a fin de completar la tercera etapa, no sin antes dejar a su estela estampas de gran belleza plástica con el propio Faro y las Dunas de Maspalomas, antes de recibir una agradable visita: la de Eolo. El viento hace acto de presencia y lleva al bote con una buena bolina y un alegre navegar para realizar una nueva parada técnica en el Puerto de Arinaga, donde fueron recibidos por la banda municipal de Agüimes, que amenizó la entrada del casco al viejo puerto del Sureste. El bote zarpa de nuevo y llega a Taliarte sobre las seis de la tarde.

4ª Etapa

Los boteros se desplazan a la capital para pernoctar en sus casas y en la mañana de ayer lunes, tras una reunión del equipo de regata, se prepara la llegada a la capital grancanaria. El bote parte de la localidad teldense con Santi Ceballos a la caña y ya en La Marfea toma el timón el patrón titular para, como si de una regata oficial se tratase, cumplimentar la llegada a la base náutica en el tiempo idóneo.

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