La III edición de la LPA Night Run, con 5.000 inscritos, tampoco se libró ayer del diluvio que ha anegado y sigue anegando Gran Canaria desde el pasado martes. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, coorganizador junto con DG Eventos, decidió ayer al mediodía suspender la carrera nocturna por el mantenimiento de la alerta máxima por parte del Cabildo Insular, tras conocer el riesgo de lluvias y tormentas aisladas en la zona norte y este de la Isla. El concejal de Deportes, Aridany Romero, se reunirá mañana a primera hora con el promotor de la prueba, Daniel González, para evaluar la situación y tomar decisiones sobre la posible reubicación de fecha y la devolución del dinero de la inscripción a los participantes.

"Con la alerta mantenida del Gobierno autónomo, la de nivel 1 del Gobierno Insular y la alerta máxima decretada por el alcalde, eso impedía que la prueba se pudiese realizar con total seguridad. Nuesra única intención ha sido garantizar la seguridad de los corredores, del espectador y que los cuerpos de seguridad, bomberos y emergencias estuvieran dispuestos por si caía un buen palo de agua", explicó Romero.

Frente aquellos que arremetieron contra la organización por tardar en comunicar la medida hasta pasado el mediodía de ayer, el edil de Deportes defendió que apuraron la decisión lo máximo posible por los 139 corredores extranjeros y 400 venidos del resto del Archipiélago y de España, que hicieron un esfuerzo económico para desplazarse. "Hemos esperado hasta el último momento que nos ha permitido la situación, porque hay mucha gente que lleva preparándose mucho tiempo para mejorar marca, también para ir a competiciones nacionales el próximo año", señaló Romero.

Por su parte, el promotor de la cita deportiva, Daniel González, de DG Eventos, lamentó lo ocurrido, "por la ilusión de esas 5.000 personas que llevan meses entrenando para este reto", pero hicieron "prevalecer el tema de la seguridad" ante factores climatológicos imprevisibles.

"Ayer [por el viernes] nos comunicaron en el Ayuntamiento que hoy [por ayer, sábado] iba a bajar la categoría alerta a prealerta, con lo cual, ambas partes continuamos intentando que la gente pudiera correr. Pero esta mañana [por ayer], según las distintas administraciones, se complicó el tema y se iba a mantener la alerta, y ante eso, no quedó otra que suspender la carrera", explicó González. El promotor de DG Eventos afirmó que se celebró una reunión a las 13.00 horas ayer de todos los órganos de seguridad de las corporaciones para ratificar la emergencia nivel 1.

Celebrar la prueba en otra fecha, devolver parte del importe de la inscripción, rebaja del 50% para 2016 o gratuita para aquellos que tienen dorsal, son varias de las alternativas que se barajan desde la organización, pero el concejal de Deportes se mostró cauto por "el coste y la envergadura de la toma de cualquier decisión", hasta la reunión de mañana en las Oficinas Municipales del Edificio Metropole.

José Carlos González, olímpico lanzaroteño en Londres 2012 y uno de los 1.400 atletas del Medio maratón, apuntó que "no es momento para las críticas" y pidió "paciencia" para que la organización busque soluciones. No obstante, el veterano competidor de 37 años, que partía como favorito en las quinielas, senaló que "es una pena que no se celebre" porque "el perjudicado, aparte del corredor, es la organización, porque se hace con ilusión, sea o no sea un negocio".

Cuando Aroa Merino, candidata a coronar los 21 kilómetros en el cuadro femenino, recogió su dorsal, fue advertida de la posible suspensión. La lanzaroteña también lamentó el fallo, pero lo entendió. "La organización lo hizo bien al prevenir que la prueba se pudiera quedar sin medios de emergencia. Primero es la seguridad. El pavimento no es todo asfalto, vas por aceras y resbalas, puede haber caídas y demás", indicó Merino.