Un gol de Dani Carvajal en el minuto 119 dio al Real Madrid su tercera Supercopa de Europa, un título que un atrevido y notable Sevilla acariciaba hasta que Sergio Ramos forzó la prórroga, de nuevo en el minuto 93.

Bien pudo haberse llevado el triunfo el Sevilla, que fue mejor en 90 minutos contra un diezmado Madrid. Acarició la venganza de la derrota hace dos años en Cardiff (Gales) en la misma competición, pero, como en 2015 en Tiflis frente al Barcelona, cayó en la prórroga en un partido de emoción disputado en Trondheim (Noruega).

Había anunciado Sampaoli que quería un Sevilla protagonista y valiente, que no se achicara frente al rival. Y vaya si lo hizo. Colocó una línea de tres atrás y convirtió a Mariano en extremo. La presión, alta, y con el toque como sello. Un estilo muy alejado del que tanto éxito le dio a Unai Emery. El Madrid pasó algún apuro. Relativo. Porque el equipo de Zidane no se siente incómodo si lo dominan y puede salir al contraataque. Y porque pese a presentar un once poco reconocible, no le falta clase.

La de Asensio, por ejemplo, que se entendió muy bien con Isco, Morata y Lucas Vázquez. A este último le dio un pase de la muerte al que no llegó por centímetros, pocos minutos antes de adelantar a su equipo con un gol de categoría.

El gol no cambió el desarrollo del partido. El 'Mudo' Vázquez, notable en su debut con el Sevilla, tiró de picardía para aprovechar un control que se le había escapado a Vitolo dentro del área y sacar un remate ajustado con la zurda entre una maraña de jugadores, imposible para el portero blanco.

En una de las frecuentes subidas del Sevilla por la derecha, Vitolo, cambiado de banda, engañó con un regate seco a Ramos y forzó un penalti ejecutado con sutileza por el extremo ucraniano. Reaccionó el Madrid, con James ya en el campo. Encerró al Sevilla por momentos con varios centros venenosos desde la línea de fondo. Pero un disparo de Carvajal fue su única ocasión clara. El equipo hispalense tocaba con personalidad, apoyado por los "olés" de su hinchada -la única que se oyó en todo el partido-, pero cuando acariciaba el título, apareció Ramos para cabecear a puerta vacía un centro de Lucas Vázquez en la última jugada.

Peor fue aún para el equipo de Sampaoli cuando Kolo vio su segunda amarilla al comienzo de una prórroga en la que el Madrid ya había arrancado mucho mejor.

Ramos se pudo convertir en héroe con otro cabezazo, pero el árbitro anuló el gol por agarrón. A un minuto del final, Carvajal hizo un eslalon por la banda que culminó con un remate seco con el exterior, que selló la final para el Madrid.