La marea amarilla peregrinaba hacia el Gran Canaria Arena sacando pecho por el título de la Supercopa Endesa lograda hace una semana en Vitoria, con la que el club inauguraba su palmarés de títulos en la élite, y a la salida del coliseo de Siete Palmas, cabizbaja, caminó con el santo de la derrota a cuestas. Su equipo había perdido el derbi contra el Iberostar Tenerife en la primera jornada de la Liga Endesa por 81-92. Una derrota inesperada a todas luces después de la buena imagen que el conjunto claretiano había desplegado en todas sus intervenciones en los albores de esta temporada, pues se presentaba invicto a este duelo de rivalidad regional.

Podríamos tirar de tópicos para analizar este tropiezo, como que las muchas celebraciones dispersaron al conjunto amarillo o que se dispuso de poco tiempo para preparar el encuentro, pero únicamente hay una realidad. El cuadro aurinegro supo jugar mejor sus bazas ante un rival acarajado y que no encontró la mejor versión de sus principales bastiones. Y es que los de Txus Vidorreta llevaron el partido a donde más les convenía, o sea, a que su rival estuviera incómodo sobre la pista, no dejándolo correr, sacándolo de sitio, impidiéndole que nunca pudiese encontrar el ritmo adecuado. El resultado, un choque sin brillantez, con mucha intensidad y eterno por las muchas interrupciones.

Finalmente, los jugadores del Iberostar Tenerife cumplieron a la perfección las órdenes de su entrenador y consiguieron la primera victoria de la historia en un derbi regional disputado en suelo grancanario. Encima, para más sorna de los locales, dos de sus ex se encargaron de masacrarlos. Javier Beirán, pletórico desde el perímetro (21 puntos en su haber) y Fran Vázquez, intratable en la pintura (19 puntos para el de Chantada) resolvieron.

Por parte del Granca, muy difícil mencionar a un jugador que firmara una actuación estelar. Sin la brillantez de sus actores principales como pueden ser Bo McCalebb -cuya presencia resultó testimonial en la segunda mitad por un problema físico- o Richard Hendrix, sobresalieron el croata Darko Planinic (14 puntos), fajador hasta la extenuación, y el estadounidense Royce O'Neale (11 puntos), un hombre para todo: anota, rebotea y defiende.

El equipo que dirige Luis Casimiro echó en falta más poder anotador desde el exterior, con un Sasu Salin que anotó su primera canasta en los primeros minutos del tercer cuarto (1/3 en lanzamientos de dos y 1/4 de tres) y un Kyle Kuric que no tuvo el acierto habitual en él desde el triple, sobre todo en momentos claves del choque donde su equipo lo necesitaba.

Si bien no había que sacar conclusiones determinantes después del éxito del Herbalife Gran Canaria en la Supercopa, tampoco hay que extraerlas ahora por su derrota en un derbi correspondiente a la primera jornada de la Liga Endesa. Ni un resultado ni otro marcará el devenir del conjunto amarillo en una temporada que recién arranca y que es muy larga. Eso sí, debe servir para la reflexión.

El Granca no tuvo un buen inicio, errático en ataque y poco efectivo en defensa. Aunque ninguno de los dos lograba imponer un ritmo alto, los tinerfeños se mostraban algo más acertados dentro de lo espeso que estaba el choque, pero solo un poco. McCalebb puso el 2-0 y, a partir de ahí, reacción visitante hasta el 2-5 gracias a la aportación de Grigionis (2-5).

Una canasta de Báez dio paso a un recital desde la línea del triple. Primero, Beirán para los tinerfeños (4-8). A partir de ahí, comenzaron los pistoleros amarillos. Dos de O'Neale y otro de Bo McCalebb (13-8, a falta de 3.11) propiciaron el tiempo muerto de Txus Vidorreta. También a golpe de tres respondió Bassas y el cuarto consecutivo del Granca, más un 2+1 de Planinic dejaban un 19-13 a falta de minuto y medio para el final del cuarto. La postrera reacción de los aurinegros ponía un 20-17 a la conclusión del acto inaugural, gracias a un libre del croata del conjunto grancanario (20-17).

Si el juego del Herbalife Gran Canaria no había resultado fluido hasta ese momento, la misma tónica seguía definiendo su actuación en los inicios del segundo parcial. Con Oliver sin ideas para manejar a los suyos, surgió la figura de Fran Vázquez para llevar al Iberostar Tenerife al mando en el electrónico.

Tres canastas consecutivas del examarillo ponían el 25-30 cuando restaban 3.40 para el descanso. Los campeones de la Supercopa pasaban muchos trabajos para anotar; sobre todo lo intentaban desde el juego interior, porque en el perímetro no encontraban las opciones necesarias para afrontar el aro.

Mientras Vázquez (diez puntos en este segundo cuarto) sostenía a los suyos, el Granca tenía que currarse más cada punto que subía a su casillero. Kyle Kuric, Pablo Aguilar y Eulis Báez dejaron la ventaja visitante en casi nada (35-36) antes de encarar el entretiempo.

El tercer cuarto comenzó de nuevo con festival de triples. Lo cerraba Sasu Salin -su primera canasta hasta ese momento del duelo- para poner las tablas en el electrónico del Gran Canaria Arena con un 43-43. Un acierto posterior de Báez daba de nuevo la cabecera en el marcador para los amarillos a falta de 7.05 para el final.

El Iberostar Tenerife, entonces, devolvió la moneda al Granca con un parcial de 0-7 (47-52). Encima, los amarillos tenían otra mala noticia. Bo McCalebb tomaba el camino del banquillo por unas dolencias físicas a mitad del tercer acto del choque.

Esa adversidad se contrarrestó para los amarillos con una técnica pitada al visitante Ferrán Bassas, circunstancia que aprovechó el Granca para ponerse por delante con un Darko Planinic como protagonista en la anotación (55-54). Txus Vidorreta, que no quería que el encuentro entrara en una dinámica enloquecida, pidió tiempo muerto. Y surtió efecto, porque de regreso Javier Beirán la enchufó de tres para cortar de raíz la reacción de los locales. El alero madrileño, con pasado en el Granca, volvió a repetir para poner el 57-64 antes del inicio del último parcial.

Aunque los locales intentaban retomar el mando, siguieron sin encontrar su sitio ante un rival que cumplía a las maravillas con su papel, sin dejar respirar a los de Luis Casimiro para que no se encontraran cómodos en la pista. A pesar de ello, lograron pisarle los talones al cuadro tinerfeño con un 72-74 y casi cinco minutos por delante por jugarse. Pero no pudo ser, entre Fran Vázquez en la pintura y los triples del Beirán, el Granca veía cómo encajaba la primera derrota de la era Luis Casimiro desde que éste tomara las riendas en la pretemporada. Al final, 81-92 y la desilusión que cundió en la marea amarilla que acudió a un Gran Canaria Arena que registró una muy buena entrada.

Por suerte, el conjunto claretiano tiene pronto una oportunidad para tomarse la revancha de esta derrota en el derbi, pues ya el próximo jueves visita la cancha del MoraBanc Andorra. Y luego, únicamente tres días más tarde, se verá las caras con el Valencia Basket de Pedro Martínez en el coliseo de Siete Palmas.