Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Vela latina Encuentro regional

"La Isleta era nuestra"

Antonio Hernández destaca la pasión con la que se vivió la primera pega entre el 'Porteño' e 'Isla de la Graciosa' en el año 1962

La familia Toledo Hernández siente con mucho, pero que mucho orgullo, ser portadores de la tradición de los barquillos de vela latina en La Graciosa, pero también por haber sido parte de los protagonistas de la pega decana de su embarcación con el bote Porteño, con Jorge Toledo como patrón en aquella regata en la que se impusieron al popular Loro.

Luisito, que era ya un galletón de 14 años en 1962, revive con entusiasmo lo que para su edad fue toda una aventura. Su madre, Conchita Hernández, ágil de mente, sabia y respetuosa como siempre, apunta los detalles de la regata celebrada en la capital grancanaria. Y su hermano, Antonio Hernández, a los 84 años (que cumple el mes que viene) disfruta evocando su participación en la gran cita como tripulante.

"Aquello en Las Palmas fue una fiesta. Estábamos asombrados. Por todos lados donde íbamos nos conocían, nos invitaban a que entráramos en las casas, y que comiéramos. Fue impresionante", son las palabras que repite una y otra vez Antonio Hernández.

Cuenta también cómo todo ocurrió sobre todo por la zona del parque de Santa Catalina, El Puerto, Las Canteras y en La Puntilla: "Fuimos a comer a casa Juan Pérez, y allí también todo fueron agasajos. Lo pasamos muy bien y la gente nos quería mucho".

Pero sí algo destaca Antonio Hernández fue el apoyo recibido también durante la regata: "Nos animó mucha gente. Gente que ni uno conocía. Y te digo una cosa, toda La Isleta era nuestra. Madre mía. Íbamos por allí y todo el mundo salía a la calle a saludarnos. Fue algo que nunca habíamos visto".

Era lógico, la población de La Isleta y buen parte de la zona de El Puerto era de Lanzarote, o descendientes de conejeros. En la pega de vuelta, al año siguiente, Antonio Hernández no pudo participar porque ya estaba trabajando, embarcado en un navío mercante. Por cierto, que también los gracioseros se corrieron sus buenas parrandas en su visita a la capital grancanaria.

Y para Víctor Fernández, actual presidente del Porteño, que era un pollillo cuando la histórica pega, recordar de nuevo esta gesta histórica de la vela latina es contribuir a la grandeza del bote decano, de la embarcación del barrio del Refugio (zona del parque Santa Catalina-Puerto), el Porteño, el Loro (por su color verde y amarillo). Un bote en el que trabaja para que el año que viene vuelva a salir navegar con la flota de la vela latina canaria de la capital grancanaria.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.