La España de Jordi Ribera, que inicia una nueva etapa y un nuevo proyecto, se anotó su primera victoria (30-21) ante Bosnia, un equipo férreo que se vio lastrado por las exclusiones y que no supo hacer frente a la buena defensa de los españoles y a su organización en ataque.

Los primeros compases del partido se mantuvieron con equilibrio en el marcador, con ambos equipos muy centrados en sus respectivas defensas, muy intensas y férreas, sobre todo en el área bosnia, lo que se tradujo en errores por parte de los dos equipos, de ahí que ninguno pudiera romper el juego.

Así, desde su área, con una seria defensa culminada en Pérez de Vargas, España comenzó a desplegar su juego de contraataque y encontró continuidad con Rivera y Tomás, lo que les permitió adquirir una renta de tres goles, que se ampliaría a los seis goles a pesar del tiempo muerto de Bilal Suman.

Tras la reanudación, el encuentro siguió por los mismos derroteros, con un conjunto español muy centrado en defensa y, con un gran Dani Sarmiento -tres goles- en la dirección de juego, que favoreció la movilidad ofensiva y supo aprovechar las superioridades con las que contaron los de Ribera para aumentar las diferencias.