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Herbalife Gran Canaria Actualidad

Otra lección de liderazgo

Eulis Báez, capitán del equipo claretiano, volvió a sacar su carisma y garra en la pista para revivir al Granca en Santiago

Eulis Báez trata de pelear por un rebote en Fontes do Sar. ACB PHOTO

Que la reacción del Herbalife Gran Canaria en Santiago de Compostela estuviera protagonizada por él no fue un producto del azar. Podría haberlo sido si llega a ser un hecho aislado, un acontecimiento trivial, lejos de tener explicaciones lógicas. Pero no, eso no va con Eulis Rafael Báez Benjamín (Santo Domingo, República Dominicana, 1982).

En el partido ante el Obradoiro, cuando el Granca iniciaba el último cuarto a 15 puntos de su rival, el ala-pívot caribeño asumió el papel que le tocaba. Con su brazaleta de capitán inivisible en el brazo, Báez comandó al Herbalife a la remontada con una actuación soberbia: clavó 13 puntos en el último cuarto para devolver al Granca al partido.

Ocho de esos 13 puntos fueron casi de forma consecutiva. En los primeros 140 segundos del último acto, el Granca comenzó a cimentar su remontada con un 0-12 de entrada. Todo con un inspirado Eulis Báez que se echó el peso del equipo a la espalda cuando la victoria parecía una quimera.

Además lo hizo adaptándose a las necesidades del equipo. Sin pívots, más allá de Anzejs Pasecniks, con Darko Planinic y Richard Hendrix lesionados, el capitán se metió en el fango de la zona más pura a pelear por cada centímetro de ella.

Un hecho que no por común deja de ser extraordinario. El dominicano sacó su lado más competitivo, feroz y demoledor para dar una lección de liderazgo. Como cuando el año pasado, en el vídeo de la presentación de los jugadores en el Gran Canaria Arena, rompía un panel para rugir y reencarnarse en el presa canario que custodia el majestuoso recinto de Siete Palmas.

Desde que aterrizó en Gran Canaria en el verano de 2012 procedente del Juventut de Badalona, el caribeño se ha ganado el respeto y cariño de la afición, pero sobre todo el de sus compañeros y técnicos. Eulis Báez acumula 213 partidos en las cinco temporadas que lleva en la Isla. De ese más de dos centenares de partidos con la camiseta amarilla, 155 son en ACB, 48 en Eurocup, 3 de Supercopa y 7 de Copa del Rey. Números que le hacen empezar a ser uno de los jugadores más trascendentes en la historia reciente de la entidad claretiana.

Báez ha sido imprescindible para los tres entrenadores que han pasado en estos cinco años: Pedro Martínez, Aíto García Reneses y Luis Casimiro. Además, tras la salida de Brad Newley este verano, es el único denominador común que queda de la mejor etapa en la historia del Granca. En 2013 fue uno de los hombres que metió al club en su primera semifinal de la Copa del Rey y en la única que ha participado hasta ahora; en 2015 alzó el subcampeonato de la Eurocup y la temporada pasada el de Copa del Rey; todo coronado con el título de la Supercopa 2016. La imagen suya levantando el trofeo ya es un icono para el baloncesto grancanario.

Más allá de su importancia fuera de la cancha, Báez ha sido capaz de saber conectar al equipo en el vestuario. Su carácter extrovertido y su formación académica en Estados Unidos le convierten en vital en el vesturario. La gran mayoría de jugadores que han pasado por el Granca en estos años señalan a Báez como el elemento perfecto de unión y aclimatación al juego, a la Isla y a la manera de entener qué es el Herbalife Gran Canaria. Un capitán responsable con un valor dentro de la cancha y otro fuera que lo ha convertido en indispensable en la entidad.

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