La Liga Europa, la segunda competición continental de clubes, es el torneo fetiche de Víctor Machín, Vitolo, y su Sevilla. Al ganar en la final al Liverpool inglés por 3-1 en Suiza, el cuadro hispalense conseguía en el año 2016 su quinto título y el grancanario, el tercero de su cuenta personal. Agrandaba así su leyenda en el club de Nervión, donde el futbolista isleño se ha convertido en un activo importantísimo en poco tiempo.

Desde que aterrizara en el Ramón Sánchez Pizjuán en 2013 procedente de la UD Las Palmas, el centrocampista, temporada tras temporada, ha ido ganando peso específico en la plantilla, hasta el punto de convertirse en uno de los capitanes del vestuario. Otro hecho que refrenda su implicación con el proyecto sevillista es su renovación el pasado verano hasta 2020.

Pero no solo en su club Vitolo se ha convertido en pieza clave. También en la selección española. Con la Roja, su primera convocatoria llegó en 2015 y desde ese momento su nombre sonaba insistentemente para ocupar una de las plazas en el combinado nacional de cara a la Eurocopa del pasado verano. Sorprendentemente, no ocurrió así.

Esta pequeña desilusión no amilanó al grancanario, quien tras la llegada de Lopetegui al banquillo se ha convertido en un fijo. Junto con su paisano David Silva, forma un tándem importante dentro de los esquemas del seleccionador. Su objetivo, el Mundial de Rusia 2018.