El Herbalife Gran Canaria comenzó la segunda ronda de la Eurocup con una derrota en su feudo ante el Lokomotiv Kuban ruso (71-86), que de forma sorprendente pasó a esta fase como cuarto clasificado de su grupo, aunque demostró que es un firme candidato a luchar por el título.

El equipo de Sasa Obradovic acreditó tener un gran potencial y cobró ventaja desde el primer cuarto, pese al acierto anotador del alero finlandés Sasu Salin, autor de tres triples.

La defensa grancanaria no pudo contener a Janning y Broekhoff, dos excelentes tiradores, tampoco a Jones, que hizo mucho daño debajo de los tableros.

Tras finalizar el primer parcial con una ventaja foránea de seis puntos (19-25), el conjunto ruso se fue en el electrónico por once (24-35) tras una canasta de Vougioukas a 6.18 para el descanso.

El Herbalife no reaccionó a pesar de que Luis Casimiro rotaba su quinteto y el Lokomotiv llegó al ecuador del choque con 12 puntos de renta (35-47).

Instantes antes de comenzar la segunda parte, los aficionados locales jalearon a los jugadores amarillos conscientes de que se presentaba complicado dar la vuelta al encuentro.

De hecho, dos canastas consecutivas de Jones y Baburin hicieron que el Lokomotiv dispusiera de 16 puntos, su máxima diferencia hasta entonces (36-52), a falta de 9.01 para concluir el tercer cuarto.

Según avanzaron los minutos, el Gran Canaria fue incapaz de reducir las diferencias. Casimiro sustituyó entonces a McCalebb por Oliver en la dirección de los isleños, que lograron recortar hasta los 10 puntos (49-59).

Dos tiros libros anotados por Hendrix pusieron algo de emoción en el electrónico a 2.08 para terminar este parcial (51-59), pero el Lokomotiv volvió a distanciarse antes de comenzar el último acto con 13 arriba (54-67) gracias a un postrero triple de Janning, poco después de que los colegiados sancionasen con una técnica a Oliver.

Con el encuentro muy cuesta arriba, el Herbalife salió a por todas en el último parcial y se puso a tan solo seis puntos del Lokomotiv (63-69) a falta de 7.29, pero los visitantes impusieron su mejor juego para, un pocos instantes más tarde y gracias a un triple de Janning, disfrutar de un tranquilizador 65-76.

El ambiente decayó en los graderíos del Gran Canaria Arena según se aproximó el término del partido porque la derrota local era irreversible y se consumó pese a los triples de Kuric, que llegaron tarde y, además, fueron insuficientes.