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Bo McCalebb aprovecha un bloqueo de Hendrix para anotar.QUIQUE CURBELO

Herbalife Gran Canaria El análisis

Los números que agitan a los nuevos

Bo McCalebb, Richard Hendrix y Royce O'Neale no mejoran los datos de Omic, Pangos y Newley

¿Sirven o no? Las estadísticas en baloncesto tienen tantos amantes como detractores. Los primeros, enamorados de los números, se agarran a ellos para elaborar sus juicios; los segundos les ponen reparos y las observan con cierta incredulidad: hay cosas más allá de los números. Probablemente, ni los fieles a la hoja que se reparte al final de los partidos ni los escépticos con ella tienen la verdad absoluta. Porque todo no se reduce a la estadística, ni todo lo que esta ciencia refleja es una invención. Pero como una y tantas veces se escucha en el deporte: "Los números están ahí". Y lo están, para bien o para mal.

Si echamos mano de la estadística, los fichajes del Herbalife Gran Canaria de esta temporada no salen bien parados si se comparan con los hombres que copaban las mismas posiciones el año pasado. Porque ni Bo McCalebb, ni Richard Hendrix, ni Royce O'Neale, los tres fichajes capitales del Granca este curso, mejoran los números que dejaron el año pasado a estas alturas del campeonato -una vez pasada la Copa del Rey, teniendo en cuenta las primeras 21 jornadas de la Liga Endesa, 20 partidos en este curso- Kevin Pangos, Alen Omic y Brad Newley, respectivamente.

El dato -en frío, sin tendenciosidad, solo con una comparación de cifras- deja al descubierto que ninguno de los tres grandes fichajes de este año ha mejorado en números a los tres jugadores más importantes que abandonaron el Granca el pasado verano.

En el puesto de base, la apuesta de la dirección deportiva amarilla fue Bo McCalebb, todo un referente en el baloncesto europeo en la última década. El de Nueva Orleans promedia 10.3 puntos, 1.9 rebotes y 3.6 asistencias para sumar 9.9 de valoración en 20 partidos. Por su parte, hace un año Kevin Pangos, base titular del Herbalife el curso pasado, promediaba a estas alturas del año en la competición local 12.2 puntos, 2.4 rebotes y 4 asistencias por partidos para conseguir 11.8 de valoración en 17 encuentros. O lo que es lo mismo, más puntos, más rebotes, más asistencias y más valoración.

A su favor, además, el tremendo porcentaje de aciertos en triples que le daba al equipo de Aíto García Reneses. En el mismo tramo de competición, Pangos llevaba anotados 39 de 95 triples intentados (41%). Su capacidad en la larga distancia era algo muy usado por el Granca. La comparación ahí con Bo McCalebb es sangrante. El de Nueva Orleans acumula un 5/27 intentos con un pobre 19%, muy lejos de la influencia del canadiense.

A favor del sureño juega su poso a la hora de leer los partidos -cosa que no sale en las estadísticas- y su capacidad en el uno contra uno con unas entradas a canasta que Pangos no podía aportar. El norteamericano promedia un 55% de acierto de dos (75/136), notablemente mejor que Pangos (32/74, 43%). Sin embargo, la efectividad parece estar con el de Ontario.

En el pívot, Alen Omic fue dominante al inicio del curso pasado, aunque poco a poco se apagó. Su impacto en los primeros meses de competición fue brutal: 11.9 puntos, 6.9 rebotes y 16.1 de valoración. Unas estadísticas que lo mantuvieron en el top de jugadores ACB.

Su recambio, otro hombre contrastado en Europa, Richard Hendrix. El de Alabama no se ha mostrado tan imponente en las primeras 21 jornadas con 6.9 puntos, 4.5 rebotes y 9.7 de valoración. Menos acaparador en ataque y con menos condiciones atléticas que el esloveno, Hendrix sobresale por otras cuestiones. Su capacidad para jugar en el poste -carencia de Omic- y sus fundamentos de pase y tiro a media distancia sobresalen.

Royce O'Neale tampoco mejora los números de Brad Newley en la temporada más discreta del aussie en la Isla, donde firmó 9.4 puntos, 2.7 rebotes y 9 de valoración en las primeras 21 jornadas. El californiano suma en la misma franja 6.7 puntos, 4.5 rebotes y 6.9 de valoración. A favor del estadounidense, su contundencia en el rebote -casi el doble que Newley- y su edad: 23 años y un notable margen de mejoría en el futuro -tiene un año más de contrato en la Isla-.

Los números están ahí, al igual que los intangibles, tan valorados por los entrenadores. Son la paradoja de las estadísticas. De momento, más allá del descalabro en la Copa del Rey, el Granca ha cumplido con sus objetivos. Y tiene por delante algunos muy importantes para los que necesita los mejores números de sus 13 jugadores.

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