Una cicatriz de 40 centímetros, que abarca desde el esternón hasta el pubis, así como las marcas de casi medio centenar de grapas quirúrgicas, son las secuelas externas de la operación de urgencia a la que fue sometido Brandon Ramos Hernández (22 años), guardameta del Sporting de San José, después de haber sufrido la rotura parcial del hígado (unos siete centímetros de longitud) y el desplazamiento de este órgano como consecuencia de un choque fortuito con un contrario en el transcurso del partido de Regional Preferente que medía a su equipo con el Pedro Hidalgo.

Tras serle detectada la grave lesión, fue intervenido en muy pocas horas por el cuadro médico de colaboradores de la Mutualidad de Futbolistas de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas, concretamente por el cirujano J. Ceballos, quien además de proceder a la reparación hubo de extraerle más de un litro y medio de sangre que había acumulado en el abdomen desde el momento del impacto hasta la cirugía.

Brandon, después de tres días de permanencia en la UVI del Hospital Santa Catalina y tras otras tantas jornadas en planta, ya se encuentra en el domicilio de sus padres. En su mente, como en la que cualquier otro deportista, sólo hay un objetivo, el de recuperarse lo antes posible para reanudar la actividad futbolística la próxima temporada.

"La lesión se produjo en un choque fortuito en una jugada de un pase atrás. Salí a tapar el balón y el jugador contrario me dio con las rodillas en el estómago. Directamente me quedé amarillo y asfixiado", indica al recordar el fatídico momento de su grave lesión.

"Después del encontronazo estuve un tiempo en el campo tratando de coger un poco de aire. Luego, mis compañeros, ya que no me podía mover, me llevaron hasta la banda y esperé a que llegara la ambulancia, que tardó en dar con la instalación", agrega.

"Cuando mis compañeros estaban a mi alrededor mis palabras fueron: me reventaron por dentro; sentí como algo que se había estallado. Durante el tiempo que estuve en la banda se me cerraban los ojos del fuerte dolor que sentía, incluso me quedé hasta adormilado."

Desde el campo del Pedro Hidalgo, Brandon fue trasladado al Hospital Santa Catalina: "Inicialmente, allí solo me dieron un pinchazo para calmarme el dolor. Los que me atendieron me dijeron que se trataba de una contusión y me fui para mi casa. No lo entiendo por los detalles que di del golpe. Era un dolor que nunca había sentido".

El jefe de los servicios médicos de la Mutualidad de Futbolistas de Las Palmas, el doctor Néstor Moreno, expresó a este periódico que "el público, en general, piensa que las lesiones que se producen en el fútbol son exclusivamente de las extremidades, pero al ser un deporte de contacto, pueden recibirse golpes en todo el cuerpo".

El portero tiene buenos recuerdos para sus compañeros y rivales, que le han apoyado en estos momentos tan difíciles. Y agrega que el personal sanitario le mostró su extrañeza por la lesión que había sufrido. "Me dijeron que de las muchas lesiones provocadas por la práctica del fútbol, esta es una de las pocas veces que habían visto un episodio como el mío", explica.