El Preconte Telde se proclamó ayer campeón de liga de Segunda División al imponerse en el feudo del Hospitalet por un contundente 2-9. El cuadro grancanario supo rehacerse a las adversidades y sacar casta para llevarse los tres puntos con el cuerpo técnico aún de viaje. Una victoria que le permite volver a retener el título en sus vitrinas y coger fuerzas para la disputa de los Playoffs.

No comenzaban las cosas bien en este desplazamiento. Vueling dejaba en tierra al cuerpo técnico y alguna de sus jugadoras sin explicación alguna. Sólo se desplazaron las jugadoras y sus técnicos llegaron a la fiesta posterior. Fue cuando salió el espíritu del Preconte y las ganas de reconducir la situación.

Y eso se vio desde el primer minuto. El Hospitalet lo intentó, pero no pudo. El Preconte se hizo con el balón y, por consiguiente, con el partido. Atacó con criterio y defendió sin fisuras. Cris adelantaba a su equipo y las catalanas lograron igualar la contienda. Antes de llegar al descanso, Muni volvía a poner en ventaja a las grancanarias, en un partido con un solo color.

En la reanudación, el cuadro local volvió a poner unas tablas en el marcador cuando apenas se llevaban disputados dos minutos de juego. Un espejismo para lo que estaba por venir.

Nira y Naira, esta ultima desequilibrante y marcando diferencias, lograban materializar los tantos que hacían el 2-4 y que abrían un nuevo choque.

En él, las catalanas atacaron de cinco tratando de reconducir la situación. Tuvieron paciencia en la elaboración, pero nada más. Apenas metían balones entre líneas y raramente dispararon con claridad. La defensa isleña no se lo permitía.

Asentados en ese juego, las de Roberto Llamas, que no estaba en el banquillo, comenzaron a tener sus ocasiones tras los robos de balón. Debieron ser muchos más de los cinco anotados en esta fase del partido y hasta Sonia, la portera que aún no lo había hecho, marcó.

Con el pitido final se desató la fiesta en el pabellón catalán. El Preconte tuvo que esperar hasta los últimos minutos para volver a ser campeón en una temporada mucho más igualada y con rivales aspirando a su privilegiado título.