Cuarenta y dos jornadas después de iniciarse la competición, allá por el mes de agosto, el Rápido de Bouzas ya está en la final de la fase de ascenso a Segunda División B. Ciento ochenta minutos separan a los boucenses de la gloria, y como decían ayer tras lograr la clasificación "a pesar del cansancio vamos a darlo todo en estos dos partidos finales".

El encuentro de ayer ante los canarios del Villa de Santa Brígida se ajustó fielmente al guión preparado de antemano. El Rápido sabía que tenían que ser los jugadores entrenados por Israel Quintana los que arriesgaran, que por eso estaban por detrás en la eliminatoria. La clave estaba en mostrarse fuertes en defensa y esperar a la media hora final del encuentro, con un cuadro canario a la desesperada, para salir en velocidad para sentenciar la eliminatoria.

Tan claro lo tuvo el entrenador vigués, que Patxi Salinas calcó el mismo once que una semana antes había ganado en Los Olivos. Dos líneas de cuatro por delante de Diego cercenaban los intentos del Villa de Santa Brígida por llegar al área; mientras que arriba Pablo Carnero y Tomás obligaban al rival a tomar demasiadas precauciones, con lo que no se podían volver locos en ataque buscando ese gol que los metiera en el partido.

Fueron unos primeros cuarenta y cinco minutos de juego más prácticos que vistosos, pues el Rápido lograba controlar el partido. El Villa de Santa Brígida únicamente se acercaba con intensidad en jugadas a balón parado, y bien la defensa o Diego se mostraban muy seguros. El único problema era que el balón le duraba poco en los pies a los boucenses, pero los canarios tampoco fueron capaces de aprovecharse de esa circunstancia.

La segunda parte no cambió nada el guión establecido. El Villa de Santa Brígida seguía teniendo el control del partido, pero era un dominio estéril, pues le costaba llegar a las inmediaciones del área defendida por Diego. El Rápido pasó por apuros mediado el segundo cuarto. El Santa Brígida comenzaba a apretar en ataque y el balón comenzaba a rondar por el área de Diego. El juego ofensivo canario no llevaba demasiado peligro, pero en cualquiera de ellas se podían aprovechar de las pérdidas de balón.

Salinas movió el banquillo, Tomás y Pablo Carnero habían hecho un gran trabajo durante todo el encuentro, y el cansancio comenzaba a pasar factura. Pardavila y Carlos Pereira entraron en el campo en el momento en el que el conjunto satauteño quería estirarse un poco más buscando ese gol que los metiera en la eliminatoria.

Fue una jugada perfecta del Rápido. Con el Santa Brígida muy adelantado, la velocidad de Carlos y Pardavila podía ser clave en las contras. Tomás, minutos antes de ser sustituido tuvo un mano a mano con Fermín que no pudo aprovechar, y en el setenta y siete fue Carlos Pereira quien pudo adelantar a los boucenses.

El partido estaba donde lo querían los jugadores aurinegros, y cuatro minutos después de la entrada de Nico en el campo llegó el tanto de la tranquilidad. Fue un balón largo al área que Ribalta y Adrián no acertaron a despejar, apareciendo el más listo de la clase, Nico, que recuperó el balón y al ver a Fermín adelantado se lo metió por arriba sentenciando la eliminatoria a dos minutos para la conclusión del partido. Una fiesta que coloca a los boucenses en la última eliminatoria de la fase.