Saltó a la pista del Arthur Ashe Stadium de Nueva York con la intención de dar un paso más en su carrera. Y lo hizo. El gijonés Pablo Carreño alcanzó por primera vez las semifinales de un Grand Slam -llegó a cuartos de final en el último Roland Garros- al superar en tres sets (6-4, 6-4 y 6-2) al argentino Diego Schwartzman. Sobre el papel, saltaba como favorito y lo cumplió con creces, asentado en un juego sólido con el que logró superar las dificultades que se fueron sucediendo en su camino. Carreño se medirá ahora en semifinales al vencedor del duelo entre San Querrey y Kevin Anderson -que al cierre de esta edición no habían iniciado su partido-. Si el americano cae, el gijonés se aseguraría dar el salto y entrar en el codicioso top ten mundial del ranking ATP.

Arrancó con fuerza el gijonés, rompiendo el servicio de su rival. Con un muy buen juego de revés entre ambos tenistas y mostrándose rápido de piernas en el fondo de la pista, Carreño se sacó de la manga golpes espectaculares para situarse con un 5-2 favorable. En ese momento, con bolas nuevas y con saque para cerrar el primer set a su favor, una discusión con el juez de silla Carlos Ramos, en el que reprochó al gijonés que recibía indicaciones por parte de su entrenador, el español se descentró y respondió con claridad: "¿Qué quieres, igualar el partido? No se oye una mierda". Su desconcierto llevó al argentino a apretar el marcador hasta el 5-4, pero el gijonés pudo cerrar el set poco después por 6-4 (38 minutos).

Repitió Carreño en el segundo set al lograr un nuevo break en el tercer juego para ponerse con 2-1 a su favor y un juego sólido en todas las facetas. Scwartzman tiró de orgullo y replicó en el siguiente juego para igualar la balanza. Fue el set más complicado para el español que llegó a verse con 0-40 en contra en el octavo juego, con 3-4 en su contra, pero cinco puntos consecutivos salvaron la situación y le dieron un punto extra de moral que trasladó al siguiente juego para repetir un nuevo break y lanzarse a tumba abierta a por el segundo set, con un nuevo 6-4 (43 minutos).

Y Carreño no detuvo la locomotora, no aflojó y rompió con un nuevo break en el inicio del tercer set. Otro set intenso, de carácter por parte de ambos tenistas. Uno, el gijonés, para cerrar el partido y, el argentino, para no despedirse del Abierto de Estados Unidos. Pero Carreño abrió el tarro de las esencias, sacó a pasear su tenis, apoyado de un buen saque y logró encaminar el partido con el 5-2. Minutos después, cerró con su saque el set y el partido en un duelo para la historia que se alargó 1 hora y 58 minutos.

Puños al alto, Pablo Carreño, enérgico y sin poder ocultar su gran felicidad sobre la cancha, escribía una nueva página en su carrera y en la del deporte asturiano al ser el primer en alcanzar esta ronda en un Grand Slam. El gijonés intentará prolongar su gran momento el próximo viernes, en el que jugará las semifinales sin haber cedido ni un solo set en su histórico camino en el Abierto de Estados Unidos.

"He fallado muy poco"

Finalizó el encuentro con grandes sensaciones, las mismas que ha transmitido en lo que va de torneo. El gijonés ratificaba su estado de forma en sus palabras, cargadas de confianza al término de su encuentro ante Schwatzman.

"He jugado muy bien, he fallado muy poco, entré muy concentrado y sabía que iba a ser un partido duro, pero he mantenido la calma", señaló el jugador, que controló el duelo en todo momento.

Incluso en los momentos más delicados no perdió la compostura, como demostró con el 3-4 y 0-40 en su contra en el segundo set, en el que aseguró que "me dije, si saco este juego adelante, hago break en el próximo", Y lo cumplió.