El estadio de El Molino, en Icod de los Vinos, decidirá el futuro inmediato de su propietario, el Glassydur UD Icodense, así como el de su visitante el próximo domingo, el Unión Viera, después de que ambos dejaran las espadas en todo lo alto luego de que el choque de ida, disputado este domingo en el estadio Alfonso Silva, finalizase con empate a un gol.

El veterano Rubén Rosquete adelantó a los 'celestes' con un golazo de vaselina, después de un gran pase en largo de Alexis para armar el contragolpe, que superó sin remisión al arquero local Pablo Cubas, y que encendió y enloqueció al graderío, pues los aficionados icodenses lo celebraron por todo lo alto, no sólo por la belleza de la acción, sino por ser conscientes de lo que significaba anotar un gol en campo contrario en una eliminatoria de este tipo.

La igualada la pondría en el marcador el exterior zurdo local Álvaro Rodríguez, que el más listo de todos los que entraron al área tras rechazar Chuky el lanzamiento del penalti, que quiso hacer 'a lo Panenka', realizado por Christian Barrios. Álvaro corrió, se elevó lo suficiente y cabeceó al fondo de las mallas en lo que fueron unos segundos interminables y de incertidumbre para los locales, no sólo por la resolución de la jugada tras el fallo del capitán rojinegro y acierto del meta del cuadro tinerfeño, sino también porque la decisión del colegiado de señalar el centro del campo se hacía esperar y su mirada interrogatoria hacia el asistente de aquella banda le delataba en su inseguridad.

Finalmente concedió el gol entre los gritos que proferían los más de un centenar de aficionados de la Ciudad del Drago desplazados en barco hasta la capital grancanaria, que significaban: "¡Manos arriba, esto es un atraco!". Y no les faltaba razón, pero se equivocaban de víctima, porque quien estaba siendo atracado era el conjunto local, el Unión Viera, y no el cuadro 'celeste', porque los de Ángel Luis Camacho se vieron más perjudicados a lo largo de los noventa minutos que los dirigidos por David Alonso desde la banqueta visitante.

Cúmulo de despropósitos

Y es que las decisiones en la actuación arbitral fueron un cúmulo de despropósitos desde el pitido inicial. Apenas habían transcurrido unos segundos y ya se produjo la primera tarascada que el trencilla sureño no supo atajar a tiempo. Fue una acción entre el local Kevin Pérez y el impetuoso exterior 'celeste', Víctor. Este último quiso intimidar al lateral derecho de los locales, que no se dejó, y el colegiado casi cae en el engaño que intentaba -como hiciera en varias ocasiones más en el transcurso de los noventa minutos-, el jugador visitante, que se dejó caer al suelo quejándose de un golpe que no había recibido. Además, Samuel llegó raudo a imponer paz, pero lo hizo empujando al jugador local y la trifulca fue en aumento.

Afortunadamente, para unos y otros, todo quedó en nada, pero si se puso de manifiesto que el partido, desde ese instante preciso, se le había ido de las manos al colegiado sureño Rodríguez Placeres, que ya no supo reconducirlo en ningún momento.

Los visitantes -dicho sea de paso, mejor posicionados sobre el terreno de juego y con un grado más de veteranía-, camparon a sus anchas a la hora de cortar los intentos de penetración hacia su área de los jugadores locales.

Unos jugadores locales que, en ciertos momentos, tampoco se 'cortaron' a la hora de dejar algún que otro 'recadito' ante la que estaban recibiendo.

En lo que se refiere al fútbol en sí, los primeros cuarenta y cinco minutos fueron intensos, además de tensos, y bastante emocionantes. Los locales ponían un poco más de aplomo en sus acciones e imprimían un ritmo pausado que les generaba controlar el choque, pero los 'celestes' pronto dieron muestras de ser unos expertos en el dominio del contragolpe y aprovechaban los numerosos errores del centro del campo local para plantarse con peligro en las inmediaciones de los dominios de Pablo Cubas.

Sin embargo, la ocasión más clara de la primera parte llevó el sello del conjunto local. El dominio de la situación por parte del Unión Viera le hizo hilvanar una preciosa jugada -en esta oportunidad el asistente no la abortó, como en otras acciones, con banderazo arriba-, en la que el esférico, en un cambio de juego, llegó al lateral zurdo. Miguel Ángel buscó la línea de fondo y su centro atrás, cuando se cantaba el gol en la grada por parte de los aficionados locales, lo remató excesivamente cruzado Sergio González, quien marró el remate con toda la portería para él solo.

Poco más que destacar de la primera parte, salvedad hecha de las tarascadas de unos y otros, principalmente por parte de los visitantes, que se sucedían impunemente sobre el terreno de juego, porque el colegiado dejó transcurrir ese juego sucio hasta el minuto 38, en que mostró la cartulina amarilla a Armiche, por una entrada. Una entrada que quizá fue menos dura que otras que se produjeron en esta primera fase.

Dos goles y poco más

Tras el obligado paso por vestuarios, la segunda mitad del choque transcurrió por los mismos derroteros que la primera. Un Viera que pretendía rasear el esférico para jugar al fútbol, que lo lograba por momentos y combinaba, pero que no lograba llegar al área rival por dos factores fundamentales: la falta de profundidad de los hombres de Ángel Luis Camacho y los 'banderazos' del asistente que marcaba el ataque de los locales -en al menos tres de esas múltiples ocasiones en las que señaló fuera de juego, sus decisiones fueron equivocadas-.

De resto, el Glassydur Icodense mostró mayor oficio, se estiró mejor sobre la cancha y dispuso de mejores ocasiones que los rojinegros, quienes estuvieron a punto de inaugurar el marcador en el minuto 22 de esta segunda mitad, pero la defensa 'celeste' rechazó en la frontal del área, lo que aprovechó el potente Alexis para lanzar en largo y con ventaja a Rubén Rosquete, para que el centrodelantero, tras controlar y avanzar unos pasos, picase de vaselina sobre la apurada salida de Pablo Cubas. El goleador vería posteriormente la cartulina amarilla por quitarse la camiseta en la celebración.

Un golazo. Merecido, porque el contragolpe de los icodenses se veía que pronto obtendría réditos. Y todo un jarro de agua fría para los rojinegros, que debían remar contracorriente a partir de ese instante, cuando se traspasaba el ecuador de los segundos cuarenta y cinco minutos en el cronómetro.

Rechace del meta y gol

A partir de ahí, el Viera quiso pero no pudo. Atacaba con más corazón que cabeza y, encima, varias acciones fueron cercenadas por el banderín del asistente para desesperación de jugadores y aficionados locales.

Los minutos se fueron desgranando con un Glassydur Icodense muy centrado y serio en su defensa, sin apenas dejar resquicio por donde penetrar a los locales y saliendo raudo al contragolpe, con peligro y dando muestras de que quería dar el zarpazo definitivo.

Pero los errores propios, aprovechados por el rival, cuestan caros, y eso le sucedió a los 'celestes'. En un ataque aparentemente controlado por la defensa visitante, Míchel comete el error de agarrar a Joel, levemente, pero lo suficiente como para desestabilizarle y que aquel cayera al suelo. El colegiado no dudó en señalar la pena máxima y, tras varios minutos de protestas por parte de los visitantes, todo se saldó con una amarilla para Míchel, por el agarrón.

El penalti lo lanza, intentándolo 'a lo Panenka', Christian Barrios, el capitán de los rojinegros, y el esférico es rechazado por Chuky, pero Álvaro, más listo que ninguno, fue a por el balón y cabeceó el rechace hacia el fondo de las mallas ante el alborozo de sus compañeros y aficionados.

De ahí al final, tarascadas y más tarascadas y mayor despropósito arbitral con la acción en la que el trencilla mostró una cartulina roja, pero nadie abandonó el terreno de juego. Inconcebible, pero tan cierto como que, al final, el arbitraje no contentó ni a unos ni a otros; nada quedó decidido y el próximo domingo, en El Molino, se sabrá quien de los dos equipos da el salto de retorno a la Tercera División.

Los rojinegros después de su reciente descenso y los 'celestes' de la Ciudad del Drago, casi dos décadas después de haber militado en Tercera División durante varias temporadas.

Ficha Técnica:

Unión Viera: Pablo Cubas, Kevin Pérez, Sergio Pérez, Elvis, Miguel Ángel; Joel, Julio (Xiraxy, 36'), Yeray (Jacobo, 66'), Barrios; Sergio González (Fernando, 72') y Álvaro.

Entrenador: Ángel Luis Camacho.

Glassydur UD Icodense: Chuky; Ricardo, Yeray, Míchel, Fran (Edgard, 84'); Alexis, Armiche (José María, 72'), Samuel (José, 60'), Joel; Víctor y Rubén Rosquete (Alex Caleta, 77').

Entrenador: David Alonso.

Goles: 0-1.- (69'): Rubén Rosquete, de vaselina; 1-1.- (85'): Álvaro, de cabeza, tras el rechace de Chuky en el penalti ejecutado por Barrios.

Árbitro: Enrique Rodríguez Placeres (Sureste). Asistido por Alexander Ravelo Santana y Marco Jesús Castellano Mederos. Amonestaron a los locales Kevin Pérez, Elvis y Álvaro. Por los visitantes, fueron apercibidos a lo largo del encuentro Fran, Yeray, Míchel, Víctor, Alexis, Armiche, Rubén Rosquete y José. Además, a poco del final se formó un lío, pues señaló una falta peligrosa contra el Icodense, mostró una cartulina amarilla y, acto seguido, sacó la roja. Sin embargo, debió confundirse pues desde la grada pareció que esa amarilla era al capitán 'celeste', Míchel (nº 5), que efectivamente era la segunda, pero la roja se la mostró a José (nº 15), y éste le indicó que él no estaba en la jugada, y entonces rectificó y le dejó en el campo, ante las protestas de los responsables del conjunto tinerfeño, que no entendían cómo le expulsaba. Incluso alguno le decía que era el 5 el amonestado, pero finalmente no echó a nadie, no se supo a quién había mostrado aquella cartulina, y el Gladyssur Icodense acabó, apenas un par de minutos después, con los once jugadores sobre el terreno de juego cuando se dio el pitido final.

Incidencias: Medio millar de aficionados acudieron a este encuentro -algo más de un centenar de ellos se trasladaron desde la vecina isla de Tenerife para animar al conjunto de la Ciudad del Drago-, correspondiente a la ida de la eliminatoria de Ascenso a Tercera División, que se disputó en el Estadio Alfonso Silva. Tarde nublada en el recinto de la capital grancanaria.