Hace solo unos meses, durante febrero, Gran Canaria reconquistó un territorio que había perdido desde hace tiempo. Hacía una década que la selección de la Isla no lograda alzar el Torneo Pancho Camurria, el título juvenil por excelencia del Archipiélago. Desde el año 2008, Gran Canaria no saboreaba el gusto de la victoria.

Lo consiguió diez años después con una camada de luchadores otorga fe a la cantera de la Isla. Dos de los integrantes de esa selección, muestra de que la lucha canaria está viva en Gran Canaria, fueron Saúl Jiménez y Alejandro Mendoza, dos 'puntalillos' que se verán las caras el próximo viernes con una doble cita: la final de la Copa Obra Social La Caja de Canarias en sus categorías juvenil y sénior. Una doble final para Jiménez y Mendoza.

Porque el Terrero Municipal de Gáldar acogerá desde las 18.30 horas las tres finales coperas en juego en cadete, juvenil y sénior (21.00 horas). Todo con los mismos dos equipos sobre la arena: Unión Gáldar Centro Comercial y de Ocio 7 Palmas y Maninidra Familia López Fabelo. Una cita que tiene una importancia triple para los clubes, pero doble para Alejandro Mendoza, del Unión Gáldar, y para Saúl Jiménez, del Maninidra.

"Estás con los nervios típicos de una final, pero esperamos que esto sea una gran fiesta de la lucha canaria. Los dos equipos llegamos bien, así que creo que podamosdar un buen espectáculo", confiesa el luchador galdense. Una idea que comparte Jiménez casi al completo. "Claro que tienes esos nervios, ese cosquilleo. Pero todo se pasa en la arena. Ellos tienen un gran equipo en las dos categorías, pero iremos a por todas", confiensa.

Para Mendoza, en la categoría juvenil, se verá una luchada "igualada", porque "tanto delante como detrás", cuentan con una plantilla parecida. "Creo que lo decidirán los destalles", confiesa el galdense, que disfruta de su última temporada como juvenil. "Ojalá pueda acabarla a lo grande con un título", señala.

Aunque lleva ya varias temporadas compitiendo en la categoría juvenil y en la sénior, esta es la primera que Saúl Jiménez (2001) es juvenil. "La guinda del pastel también sería este triunfo, está claro. Repito, en pequeñas cosas estará la clave de la luchada", confiesa.

Y cuando les toque amarrarse el pantalón de brega para salir en las primeras sillas en la final sénior, ambos luchadores lo tienen claro: disfrutar de la experiencia. "Este tiempo que llevo con ellos entrenando y luchando me ha valido para coger experiencia, para fijarme en muchos aspectos a los que no le prestaba atención", sentencia el del Maninidra. Algo que Mendoza también valora. "El aplomo que tienen sirve para encarar mejor días como estos, previos a una final. Estar con ellos te ayuda a centrarte y focalizar el trabajo solo en la lucha", concluye el de Gáldar. Y allí solo manda la arena.