A superar el primer bache. La UD Las Palmascon el objetivo de volver a sentirse dominador en la categoría, digno espejo de lo que ofreció durante las primeras jornadas de la competición, temeroso para el rival y letal cuando debe serlo. En esas anda Las Palmas, que quiere cortar ante la UD Almería su conato de crisis: un punto de los últimos seis y 196 minutos sin saber lo que es celebrar un gol.

Llega Las Palmas sumida en esa pérdida de olfato, del sabor del gol. Si en El Molinón fue incapaz de concretar las llegadas que tuvo, frente al Alcorcón, reprimido él en su área, tampoco encontró la fórmula para beber de la pócima que solo proporcionan los tantos a su favor: las victorias. No parece un lugar sencillo para esa reconciliación tampoco Almería, con un equipo reflotado a base de ilusión, coraje y determinación. Solo el Málaga -y por la mínima con un 0-1- ha conseguido sacar una victoria del recinto rojiblanco.

Manolo Jiménez anda buscándole a su equipo una vuelta de tuerca. La semana pasada dio otra pincelada a su equipo con un 4-4-2 de manual, donde Rafa Mir y Rubén Castro fueron la pareja de ataque. Todo con un centro del campo formado por Timor, Galarreta, Maikel Mesa y Tana, estos dos últimos más escorados a las bandas. La línea de cuatro zagueros, ya consolidada, fue la de Álvaro Lemos, David García, Juan Cala y Alberto De la Bella.

Sobre ese mismo esquema ha trabajado Jiménez durante esta semana. Un dibujo que sufrirá ciertos retoques con algún intercambio de nombres. Para empezar, el de Sergio Araujo. El delantero argentino, emblema e icono de la redención que está viviendo la UD en esta temporada en Segunda División, redebutó con la amarilla la semana pasada. Se le ve vivo, con hambre y ganas de demostrar que está de vuelta después de su año y medio en Atenas. Sin Mir, de gira con España sub 21, la punta de ataque junto a Rubén Castro parece suya.

El otro cambio obligado es el de David García. El capitán, fijo con Cala en el centro de la zaga, se quedó en casa al estar a las puertas de su primera paternidad. Por ese puesto pelearán dos hombres casi inéditos en esta temporada: Deivid y Martín Mantovani. El primero, aún no ha debutado en LaLiga 123. De hecho solo ha disputado el partido de Copa, donde junto al argentino hicieron aguas.

No le han ido mucho mejor las cosas al excapitán del CD Leganés. Se lesionó en pretemporada, disputó dos partidos consecutivos ante Albacete y Zaragoza y desapareció, aquejado de una nueva lesión. Ahora está de vuelta y espera ganar protagonismo en el eje central de la zaga. Hoy cualquiera de los dos puede vivir un buen momento para reivindicarse y pulsar el botón de la titularidad.

Si esos son los cambios obligados ante las bajas, otro apunte más puede recaer en una de las bandas. La irrupción de Danny Blum en el tramo final del partido frente al Alcorcón le abre la puerta al once inicial. Su capacidad de trabajo, el físico y el desborde que ofrece le hacen tener muchas papeletas para entrar hoy en el dibujo principal de Manolo Jiménez.

Todo con la presión de los puntos encima. El Málaga volvió a sacar tres más. Lo hizo ante el Albacete, uno de los equipos que está revolviendo la zona noble de la clasificación. Ahora mismo, el conjunto boquerón está a 7 puntos de Las Palmas, sobrado como líder indiscutible de la competición. Si la UD quiere aspirar a uno de los dos puestos que dan el ascenso directo debe seguir la senda del triunfo. Tres jornadas sin ganar estancaría demasiado a un equipo que está obligado a mirar hacia arriba. Y para eso tomar los Juegos Mediterráneos es más que una necesidad.