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Belov y Gomelsky, el dúo que reinventó al CSKA Moscú

Jugador y entrenador ganaron juntos 11 ligas soviéticas en los años 70 para abrir una época de dominio moscovita que se extendió hasta los 80

Belov y Gomelsky, el dúo que reinventó al CSKA Moscú

"Para que te hagas una idea de lo influyente que era, recuerdo que una vez vinieron a jugar sin el entrenador, no recuerdo muy bien el porqué. El tipo hizo de técnico y de jugador y nos pasaron por encima. La reflexión que hizo Pedro Ferrándiz fue clara. 'Parece que el único que sobra en el Real Madrid soy yo. Si estos nos ganan sin entrenador...', nos dijo". El hombre en cuestión que está detrás de la frase es Sergei Belov; el equipo, el CSKA de Moscú de principios de la década de los 70; y el autor de la sentencia es Carmelo Cabrera Domínguez, mito grancanario del Real Madrid y campeón de Europa en dos ocasiones con el conjunto blanco.

La historia de la sección de baloncesto del CSKA de Moscú, aquel club constituido en torno al Ejército Rojo, que jugará por primera vez en Gran Canaria el próximo viernes (20.30 horas), es imposible de explicar sin la figura de Sergei Belov en la cancha (Naschókovo, URSS, 1944-Perm, Rusia, 2013) y de Alexander Gomelsky en la banda (Kronstadt, URSS, 1928-Moscú, Rusia 2005). Un tándem que revolucionó el baloncesto soviético y la vida del CSKA Moscú.

El CSKA contaba con suficiencia y autoridad en la URSS. Había ganado ya dos Copas de Europa a principio de la década de los 60, pero no fue hasta finales de la misma cuando pasó a ser dictador del baloncesto soviético. Alexander Gomelsky, que había hecho carrera en el VEF Riga con tres cetros europeos, se integró en la estructura del CSKA. Desde la sombra, con Armenak Alachachyan en el banquillo, condujo al equipo moscovita a su tercera Copa de Europa en 1969.

El rival que tenía delante era el Real Madrid. Casi imberbe, en aquel equipo andaba Carmelo Cabrera, recién llegado de Gran Canaria. Era 1969 y la final de la Copa de Europa se disputó en el Palacio de Deportes de Barcelona. "Gomelsky estaba indignado con la designación de la sede. Decía que cómo era posible que se fuera a jugar la final en suelo español. El secretario de la FIBA, que era William Jones, le decía que no se preocupase, que probablemente animarían más a los rusos que al Madrid. Y fue así por partes, sobre todo al final del partido", rememora el excelso exjugador grancanario, un júnior al que Pedro Ferrándiz llevó al banquillo para "hacer bulto".

Belov contaba con 24 años y en aquella final hizo 19 puntos -aún sin línea de tres-. Pero fueron los 215 centímetros de Vladimir Andreyev los que desequilibraron la balanza. "Le puso tres tapones seguidos antológicos a Miles Aiken", concreta Cabrera. Todo en un engranaje de juego arcaico, pero muy eficaz. "Lanzaban de fuera y si no entraba, sabían que lo tenían a él debajo del aro para rebotear y anotar", apunta el exjugador.

El talento

Y entre aquel juego tan rígido que ofrecía el CSKA y, por norma general, todos los equipos de la URSS, afloraba el talento de Sergei Belov. "Tenía una calidad sublime. Era del estilo de Jerry West o John Lucas. Podía haber jugado fácil en la NBA, si hubiese sido jugador en este tiempo. Era un escolta-alero con una belleza plástica inusual, poco visto hasta aquel momento. Era muy elegante, muy fino. Ellos eran como tanques y él rompía con esa sobriedad", recuerda Cabrera mientras esboza anécdotas del 'tráfico' de pantalones vaqueros, medias de mujer y divisas que se traían entre manos la plantilla del Real Madrid cada vez que viajaban a la URSS.

En 1971, el CSKA conquistó su cuarta Copa de Europa, ya con Gomelsky de vuelta al banquillo de pleno. ¿Que cómo era el técnico ruso? Cabrera pone un ejemplo. "Le hicieron un homenaje por su 75 cumpleaños y fuimos a jugar los veteranos del Madrid con un equipo de veteranos rusos en Kazajistán, con él entrenándolos. Como el partido estaba muy igualado, sacó a tres jugadores que estaban en activo. No le gustaba perder ni a las chapas", concreta. Todo con su figura de "coronel" en el vestuario.

Entre 1969 y 1984, el CSKA ganó en 15 ocasiones la liga de la URSS, en la apertura de una era de dominación total del baloncesto soviético, 11 de ellas con el tándem a pleno rendimiento. En medio, la URSS, como selección, no dejó de ganar con momentos míticos como el oro olímpico de Múnich '72 ante Estados Unidos o el Campeonato del Mundo del '74, siempre con Belov como protagonista y continuando una senda ganadora que inició Gomelsky en el banquillo.

La relación entre ambos se deterioró en 1980 después de que la URSS perdiera la oportunidad de ganar el oro olímpico en casa. Belov fue propuesto para suceder a Gomelsky en el cargo, él, según su relato, lo rechazó. Solo que pensaran en él, molestó al 'Zorro Plateado'. La versión de Belov aseguraba que el técnico movió hilos en la KGB hasta lograr que el jugador no pudiese salir del país. Ahora, los dos mitos del CSKA y la URSS descansan a apenas unos metros de diferencia en el cementerio moscovita de Vagankovo, un campo santo reservado a los rusos más ilustres.

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