Si bien el regreso de la selección española de fútbol a Gran Canaria 11 años después carecía de un atractivo deportivo por su carácter amistoso, desde ayer, de repente, cobra un sentido emocional incuestionable: David Silva, grancanario, de Arguineguín, y uno de los símbolos de la España más exitosa de la historia, hará el saque de honor en el partido que enfrentará a la Roja y a Bosnia el próximo 18 de noviembre en el Estadio.

Lo anunció el presidente en funciones de la Federación Canaria de Fútbol, Antonio Suárez, junto a su homólogo de la Española, Luis Rubiales, durante la presentación del encuentro, el tercero del equipo nacional en el recinto de Siete Palmas después de los que jugó contra Venezuela en 2004 e Irlanda del Norte en 2007, este último de clasificación para la Eurocopa del año siguiente.

Es el homenaje del pueblo grancanario y de las instituciones a un mito de la selección, en su tierra, donde asegura querer retirarse en su club más representativo, la UD Las Palmas. El legado de Silva con España habla por sí solo: dos Eurocopas -2008 y 2012-, un Mundial -2010- y 35 goles en 125 partidos con la absoluta resumen una carrera internacional plagada de éxitos y en la que siempre fue protagonista principal.

Tras la disputa del pasado Mundial de Rusia, en el que el combinado de Fernando Hierro se fue para casa en octavos de final tras caer frente al anfitrión, el grancanario, al igual que otras dos leyendas de la época dorada como Andrés Iniesta o Gerard Piqué, decidió poner fin a su etapa en la Roja. Sin embargo, su anuncio tuvo mucho más suspense que el de sus compañeros, que comunicaron su adiós nada más concluir la participación española en la cita mundialista.

En cambio, el de Arguineguín lo hizo más tarde, en concreto, el pasado lunes 13 de agosto. Antes, el 24 de julio, al ser preguntado por su futuro en la selección en un acto promocional, había tenido buenas palabras para el nuevo inquilino del banquillo -Luis Enrique- y dejaba abierta la posibilidad de continuar. “De momento soy un jugador más y lo seguiré siendo hasta que no pase lo contrario”, declaró.

Entonces, el futbolista del Manchester City ya sabía que no seguiría, pero quería anunciarlo a su manera. Ayer, Rubiales se refirió al momento en que el isleño le dijo que abandonaba la Roja. “David -Silva- es un ejemplo. No quiero desvelar nada porque fue una conversación muy bonita, privada, entre él y yo, con la humildad y la sencillez que ha demostrado en el fútbol y en la selección desde que llegó por primera vez con 15 años”, reveló el presidente de la RFEF.

“Ha jugado 125 partidos con la camiseta de la selección nacional absoluta, ha marcado 35 goles... Son números al alcance de muy pocas estrellas a nivel mundial. Su dimensión humana es tan grande como la que tiene dentro del campo. Por tanto, fue como ha sido él, con una enorme sencillez. Me lo guardo para él y para mí”, añadió.

Ahora su fútbol queda para el City y quizá en un futuro para la UD, pero el próximo día 18 pondrá fin de manera simbólica a una etapa de 12 años con España. Lo hará en un entorno idílico, ante el público de su tierra y con el reconocimiento de todo el mundo del fútbol. Será un anfitrión de honor.