La muerte repentina del niño Pedro Peláez Pumariega, de 13 años y vecino de Lamuño (Cudillero, Asturias), ha consternado a todo el Bajo Nalón. El fallecimiento del joven, de forma fulminante tras haber recibido un grave diagnóstico un día antes, ha sido un duro golpe para todos los que le conocían, sobre todo en Pravia, donde jugaba al fútbol y en Cudillero, donde vivía y estudiaba.

Su entrenador en el Villa de Pravia, Iván Sobrino, ha querido despedirse del pequeño con unas emotivas palabras publicadas por el club en su página de Facebook. "No sabemos como superarlo, es una injusticia muy grande", afirma Sobrino en su carta. "Como ves, todo el tiempo te estoy escribiendo en presente, porque para mi no te vas, ni te irás nunca, sólo has cambiado de 'equipo', y por eso no me despido", explica en su escrito. El club, mantiene cerrado el campo de Agones a los entrenamientos y ha anunciado que no celebrará partidos el fin de semana en señal de duelo.

"Para mi capitán,

Podría hablar del vacío tan grande que nos has dejado a todos los que te queremos, de que no sabemos como superarlo, que es una injusticia muy grande lo que te ha ocurrido, que la vida es una "mierda", o un millón de lamentaciones, pero me quedaría corto para expresar todo lo que representas y lo grande que eres. Pero si te soy honesto y sincero, creo que lo mejor para ti es hablar de tus cualidades, las deportivas, que eran muchísimas y con una progresión para la que siempre me quedara la duda de cual es tu limite, y las humanas, en las que si eres un auténtico capitán, arropando, cuidando, respetando y ayudando a tus compañeros en todo momento, aunque a veces te pillara en vestuario armándomelas, pero amigo mío, ese el futbol bonito y de verdad, el de los vestuarios con los compañeros imitando al míster y como bien se dice en esta familia del futbol, lo que pasa en el campo se queda en el campo.

Esto no son palabras manidas que se dicen en estos casos, es la realidad de quien eres y lo que significas. Me dejas un 'marrón' de magnitudes difíciles de asimilar, pero aunque hoy este más que 'jodido', en el fondo estoy tranquilo, porque estoy seguro de que estarás siempre a mi lado, ayudándome a sobrellevarlo, tanto a mi, como a tus compañeros.

Como ves, todo el tiempo te estoy escribiendo en presente, porque para mi no te vas, ni te iras nunca, solo has cambiado de 'equipo', y por eso no me despido, solo te digo 'entrena duro' que en ese 'equipo' que te ha 'fichado' muy a mi pesar y con todo el dolor de mi corazón, no hay un jugador como tú, demuéstrales lo que vales, y si me necesitas, llámame que aquí estaré.

Te quiere, tu míster".

La comunidad educativa de Cudillero mostró ayer su "inmenso" dolor por la pérdida de Pedro Peláez En el Instituto de Enseñanza Secundaria Selgas de Cudillero, donde cursaba segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria, ayer fue un día complicado. Alumnos y profesores quisieron despedirse del "niño ejemplar" con un emotivo poema que se colgó en la página web oficial del centro.

No fue el único centro educativo del concejo que vivió una jornada de duelo. El director del colegio público Asturamérica de Cudillero, Alejandro García, donde el niño estuvo nueve años matriculado, recordó a Pedro Peláez Pumariega "como un alumno y vecino al que siempre era agradable ver".

El Ayuntamiento de Cudillero también mostró su dolor. Las banderas ondearon a media asta y la de Cudillero, lució el crespón negro. El club deportivo Marino de Cudillero, donde el menor inició sus pasos en el fútbol, también se sumó al pesar con un sentido pésame.

La familia despidió al niño en la más estricta intimidad en el tanatorio de Barcia, donde fue incinerado.