Dos victorias y tres derrotas. ¿Cómo valora la marcha del 7 Islas Vecindario hasta ahora?
La verdad es que los resultados no nos acompañaron en las dos primeras jornadas, pero el equipo estaba jugando bien y era cuestión de tiempo que llegaran los triunfos. Vencimos fuera al San Sadurniño y luego derrotamos en casa al Ibiza, que llegaba como líder invicto. El último fin de semana se nos escapó la victoria en Santander cuando ganábamos por 0-2. Estamos trabajando bastante bien esta temporada. Durante la competición sabemos que habrá momentos mejores y peores, pero intentaremos que sean más de los primeros.
¿Hasta dónde puede llegar el 7 Islas Vecindario esta campaña?
Eso no lo sabe nadie. Nuestros objetivos son claros. El primero, mantener la categoría; y el segundo soñar con la Copa. Todo lo demás que venga será positivo.
¿Hay plantilla para cumplir con las metas marcadas?
Pienso que sí, pero debemos tener muy claro que en esta Superliga cualquiera está capacitado para optar a lo mismo que nosotros. Tenemos un plantel como para soñar. Eso sí, podemos ganar a cualquiera y perder con cualquiera.
¿Cómo definiría al actual 7 Islas Vecindario?
No lo podría definir en una palabra. Sí veo que estamos muy a gusto esta temporada, trabajando mucho, y eso seguro repercutirá finalmente en los buenos resultados. Considero fundamental la mejora en el trabajo. En mi caso personal, me resulta mucho más fácil cuando tengo a dos entrenadores detrás diciéndome cómo tengo que colocarme, las opciones que hay, preguntarles cosas si tengo dudas en dársela a un compañero u otro para que ellos me las aclaren... Esto me ayuda bastante.
A sus 22 años, con la vitola de internacional absoluto, cumple su quinta temporada en la primera plantilla. ¿Nota que va ganado en madurez y que eso redunda en su juego?
Si le soy sincero, sigo pensando ahora lo mismo que cuando tenía 17 años en cuanto a mi forma de ver el voleibol se refiere. Pero sí es cierto que me siento más maduro en la cancha. Esto te lo da el equivocarte, equivocarte y equivocarte; fallar una bola y pensar que se la tenía que dar a otro. Eso sólo te lo dan los años.
Suponemos que continuar contando para la selección española también está en sus planes.
A todo jugador le hace mucha ilusión ser convocado por la selección. Ojalá, pero no me obsesiona; evidentemente me agradaría. Estoy centrado al 100% en el Manacor, en el próximo partido; no sé ni cuál es el siguiente rival después de ese. Creo que esta mentalidad está siendo buena para el equipo, únicamente pensamos en el choque del fin de semana y no en el resto.
Al hablar con usted no se puede pasar por alto la figura de su padre, el histórico Paco Sánchez Jover, actual entrenador y presidente del club. ¿Mamó el voleibol desde la cuna?
Desde que tenía cinco o seis años ya estaba jugueteando con el balón. En principio me gustaba más jugar al fútbol, pero él me inició en este deporte. Al principio no estaba tan convencido, pero es un deporte que desde que aprendes tres o cuatro cosas no quieres dejarlo por otro. Además mi infancia coincidió con una etapa de esplendor del voleibol en España. Cuando venía a la cancha con diez años y veía en acción a aquellos monstruos me decía: "Quiero estar ahí como ellos".
¿Cómo sobrelleva la relación padre-técnico e hijo-jugador?
Hemos tenido momentos complicados, pero era aún más difícil cuando él no estaba de entrenador. Lo trato como a cualquier otro técnico. Es cierto que en algún momento delicado tengo más confianza que mis compañeros para decirle algo.
¿Se habla mucho de voleibol en casa?
No vivimos juntos y cuando estoy con él intento no hablar de voley, pero al final siempre acaba saliendo el mismo tema.
¿Y qué dice su madre cuando su padre le mete la bronca?
Mi madre se quema, pero lo que pasa en la cancha se queda en la cancha. Aquí él es el entrenador y nunca se le reprocha nada.
¿Ha visto muchos vídeos de la etapa gloriosa de su padre en la cancha con el Son Amar o el Guaguas Las Palmas?
Me pone los vídeos para pincharme un poco, para decirme "mira, así es cómo se coloca". Más que enseñármelos él, los veía yo.
¿Qué consejos le ha dado, no como entrenador sino como padre, con respecto al voleibol?
Será complicado quedarme con uno. Al final siempre me dice que si trabajas, llegas. Pero para mí el mejor consejo que me han ofrecido me lo dio un compañero la primera vez que acudí a la selección absoluta. Me dijeron que no me preocupara por los fallos, porque falla cualquiera. Eso se lo intento transmitir a los jóvenes que llegan al equipo, que no se preocupen por fallar porque es algo normal.
¿Le ayudó a crecer como jugador su etapa en Palencia en el centro de alto rendimiento que tiene allí la Federación, donde estuvo tres años con el equipo que actúa en la Superliga 2?
No tenía constancia de que existía ese centro. Recuerdo una charla en el coche con mi padre donde mi padre me dijo que trabajase fuerte ese año para que el seleccionador me llamase. El 60 o el 70% del jugador que soy ahora se formó allí. Tuve uno de los mejores entrenadores de mi carrera, junto con mi padre. Allí realmente trabajé para ser un jugador profesional de voleibol. Hubo muchos momentos de sufrimiento, tengo aún varias heridas que me lo recuerdan. Pero sin duda fueron los tres mejores años de mi vida.
¿Y los que están todavía por llegar serán como jugador del 7 Islas Vecindario?
Eso espero. Estoy muy a gusto. He pasado momentos malos, como cualquier jugador en cualquier equipo, pero hoy por hoy no veo la posibilidad de cambiar de club. Aquí se me valora y estamos trabajando bien.
Si llegase una oferta de un equipo grande...
Está claro que a uno siempre le hace ilusión jugar en un equipo grande. Pero hoy por hoy estoy aquí y me entrego al 100% por estos colores. Únicamente pienso en el presente.
¿ Ha existido algún jugador en el que se haya fijado como espejo desde niño?
Sí, pero no de voleibol. Me he fijado en jugadores como Rafa Nadal o Iker Casillas. Actualmente tengo la suerte de jugar junto a Moisés Cézar, para mí uno de los mejores no solamente por lo que demuestra en la cancha, sino también por cómo es fuera de ella. No puedo explicar con palabras su influencia en mí.
¿Un canterano como usted qué opina de la salud actual de este deporte en las Islas?
Cuando yo actuaba en las categorías de base sí se trabajaba bien la cantera. Actualmente existen pocos sitios donde cuenten con los jóvenes necesarios para formar equipos. La cosa está complicada porque no hay gente.
En su caso, ¿le ha pesado sobrellevar lo de ser el hijo de , lo de las comparaciones?
En cuanto a las comparaciones son pocas porque no actuamos en la misma posición. Sí es cierto que en alguna temporada que otra pensaba más en demostrar que en mejorar. Esta campaña he cambiado ese pensamiento, sólo pienso en mejorar cada día y no en lo que pensarán de mí. Lo de ser el hijo de Paco Sánchez Jover, en mi caso, a veces te beneficia y en otras no. Pero creo que a mí me ha beneficiado. Muy pocos tienen la ventaja de tener en casa a un hombre de su experiencia dándote consejos. Es una suerte para mí.
